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sábado, 20 de diciembre de 2014

Goodby embargo, please

En el lejano año 1999 viajé a Orlando, Florida. Quería conocer el Kennedy Space Center y adorar a mi  tía Ginny. Aproveché para reunirme con algunos familiares residentes en Miami. Mis numerosos tíos, hermanos/as de mi padre, todavía estaban vivos y la multitud de primos y primas eran entonces sufridos padres de escolares revoltosos
La ciudad de Miami no me gustó. En algunas zonas era como un parque temático de Cuba. Una escenografía hortera. Pero yo había viajado a reunirme con mi tía Georgina-Allen-Quevedo (abogada de la quinta de Fidel). Geo tuvo la generosidad de acogerme en su bonita casa, y la paciencia de explicarme que no, que nunca había colaborado con la Agencia. Y de que, lejos de lo que yo maliciaba, cuando tomó la decisión de salir de la isla, se lo comunicó a su hermano (mi padre) en una conversación de despedida sosegada y respetuosa.(Mi padre gestionaba la Secretaría del Consejo de Estado).
A mi tía Allen-Quevedo, votante y afín a Ileana Ros-Lehtinen, tal vez no le hubiera complacido el acuerdo Castro-Obama. Pero me abstengo de opinar por alguien que no está. Una mujer trabajadora, inteligente y consecuente con sus principios. Creo recordar que el día de su retiro profesional como trabajadora social en el Condado Dade, la senadora Ros-Lehtinen promovió un "Georgina Allen-Quevedo Day" en el Capitolio.
EFE también da cuenta de que los legisladores republicanos por el estado de Florida anunciaron «en una tensa conferencia de prensa» que se reservan «todo tipo de acciones» para bloquear en el Congreso la decisión del presidente Obama de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba.
Se trata del senador Marco Rubio, «pálido y serio», y los representantes Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, «visiblemente afectada», como describe EFE.
AP,  por su parte, considera que las medidas de Obama han desnudado las divisiones entre los residentes de origen cubano en Miami. Unos expresaban abiertamente su  respaldo a los cambios en las relaciones con Cuba, al tiempo que algunos agredían verbalmente a un joven que portaba un cartel que leía: «Goodbye embargo» (Adiós bloqueo).
«Más de 40 años de bloqueo no han servido para nada. Hay que probar algo diferente. Esto es un buen comienzo» expresó Luis Serrano, quien viajó seis veces a la Isla para visitar a sus tres hermanos desde que llegó a Estados Unidos en 1998», dijo AP.
Por un lado están los cubano-estadounidenses de edad avanzada, que dejaron la Isla en los primeros años de la Revolución Cubana y que en su mayoría apoyan mantener el embargo (bloqueo) de más de cinco décadas, y prohibir o limitar lo más posible los viajes a la Isla, comenta la agencia noticiosa.
Por el otro lado están los más jóvenes, los nacidos en Estados Unidos, o los que llegaron en las últimas dos décadas, que tienden a avalar las medidas de apertura comercial y de viajes y la normalización de las relaciones entre ambos países.
La AP cita también a expertos del mundo académico e investigaciones en la Florida para sostener esas divisiones, entre ellas las realizadas por la Universidad Internacional de la Florida, que en cinco encuestas realizadas en los años 90, un promedio del 84 por ciento de «los exiliados» apoyaba el bloqueo, pero desde el 2000 en adelante el promedio de respaldo ha disminuido a cerca del 56 por ciento.
En la encuesta de 2014, difundida en junio, el 58 por ciento de los entrevistados dijo que se oponía a la continuación del embargo (bloqueo) y el porcentaje era aún mayor entre los más jóvenes: un 62 por ciento entre los cubanos de 18 y 29 años. En cambio, el 60 por ciento de los que tenían más de 65 años manifestó que lo apoyaba.
A la mayoría de mis primos que fueron a parar a Estados Unidos, les fue bien. Llevaban una buena educación bilingüe y a ninguno se les cayeron los anillos a la hora de trabajar para no depender de sus familias. 
El restablecimiento de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba lo ven positivo o les da igual. A los nietos de mis primos mayores, personas profesinales, con excelentes posiciones, que ya no hablan en castellano, ni se sienten "tropicales" o "latinos", les puede hacer ilusión viajar a la isla. Pero por ejemplo, este verano recibí en Portbou a un joven Quevedo, que trabaja en una empresa de sistemas de seguridad y vigilancia. Hacía su primer tour europeo:Berlín,París, Roma, Madrid, Barcelona, Figueres, Porbou. "No descarto viajar a Cuba ahora que hay vuelos directos desde Tampa", me dijo.
Un sector del personal cubano, el digamos viejuno, rabia y afirma que no pisará la isla hasta que no haya democracia, libertad. "Hasta que no caiga el tirano". "Hasta que no se muera Fidel". En fin, es lo que hay.
Lo curioso es que muchos de los que despotrican de Fidel/Raúl no se dan cuenta que la Cuba que ellos tanto añoran no existe ni nunca volverá a existir. Están atrapados por un síndrome de ausencia enfermiza.
Y no, después de una Revolución del calado de la cubana nada será igual. ¿Florecerá en Cuba un capitalismo en el que predomine la ideología neo liberal?. Pues la verdad es que sería deseable que los cubanos perdieran mantener los beneficios sociales que se han ganado: un decoroso sistema de salud universal, educación, desde la primaria a la universidad, aumento de la incorporación femenina al mundo laboral, planes para proteger la fauna autóctonos. Desarro e inversión en ciencia y tecnología.

A aquellos cubanos que hablan movidos por un odio irracional al régimen castrista o tal vez un inútil deseo de revancha (a los que queden de la Brigada 2506, derrotados en Playa Girón) les diría que ya es hora de pasar página. Su tren se ha ido y no va a volver. Cuba ya no es la de los años sesenta. Ha cambiado muchísimo. Parafraseando al parlamentario del PSOE Alfonso Guerra, "no la conocería ni la madre que la parió"
Según la agencia española EFE, los legisladores republicanos por el estado de Florida anunciaron «en una tensa conferencia de prensa» que se reservan «todo tipo de acciones» para bloquear en el Congreso la decisión del presidente Obama de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba.
Se trata del senador Marco Rubio, «pálido y serio», y los representantes Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, «visiblemente afectada», como describe EFE.
La agencia AP,  por su parte, considera que las medidas de Obama han "desnudado las divisiones entre los residentes de origen cubano en Miami". Unos expresaban abiertamente su  respaldo a los cambios en las relaciones con Cuba, al tiempo que otros agredían verbalmente a un joven que portaba un cartel que leía: «Goodbye embargo» (Adiós bloqueo).

Quienes meten en el saco de "exilados" a todos los ciudadanos estadounidenses de origen cubano se equivocan. Muchísimos cubano-estadounidenses tienen su vida hecha y no quieren  nada con organizaciones como Directorio Democrático, Plantaos (ex prisioneros), Mujeres Antirepresión. En España se ha visto con simpatía el Movimiento Cristiano de Liberación.

En rigor en Estados Unidos no hay un exilio cubano contra Fidel/Raúl sino un ramillete de organizaciones variopintas y algunos adalides como el ínclito Carlos A. Montaner, que no puedo precisar si es súbdito del Reino de España, ciudadano cubano, y/o estadounidense. Sugiero su artículo "El candidato de Castro en España", colgado en "Firmas Press" como botón de muestra de su prolífica pluma.Leerlo con música de la Pantera Rosa y personajes de Mortadello y Filemón.

«Más de 40 años de bloqueo no han servido para nada. Hay que probar algo diferente. Esto es un buen comienzo» expresó Luis Serrano, quien viajó seis veces a la Isla para visitar a sus tres hermanos desde que llegó a Estados Unidos en 1998», dijo AP.
Por un lado están los cubano-estadounidenses de edad avanzada, que dejaron la Isla en los primeros años de la Revolución Cubana y que en su mayoría apoyan mantener el embargo (bloqueo) de más de cinco décadas, y prohibir o limitar lo más posible los viajes a la Isla, comenta la agencia noticiosa.
Por el otro lado están los más jóvenes, los nacidos en Estados Unidos, o los que llegaron en las últimas dos décadas, que tienden a avalar las medidas de apertura comercial y de viajes y la normalización de las relaciones entre ambos países.
La AP cita también a expertos del mundo académico e investigaciones en la Florida para sostener esas divisiones, entre ellas las realizadas por la Universidad Internacional de la Florida, que en cinco encuestas realizadas en los años 90, un promedio del 84 por ciento de «los exiliados» apoyaba el bloqueo, pero desde el 2000 en adelante el promedio de respaldo ha disminuido a cerca del 56 por ciento.
En la encuesta de 2014, difundida en junio, el 58 por ciento de los entrevistados dijo que se oponía a la continuación del embargo (bloqueo) y el porcentaje era aún mayor entre los más jóvenes: un 62 por ciento entre los cubanos de 18 y 29 años. En cambio, el 60 por ciento de los que tenían más de 65 años manifestó que lo apoyaba.

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