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viernes, 5 de abril de 2013

La dichosa "Marca España"



En época de la dictadura de Franco menudeaban ciertas expresiones definitorias curiosas y significativas; lo de la “pertinaz sequía” o la conspiración “judeo-masónica”, o la odiosa “España una, grande y libre”.

En nuestros días, y salvando las democráticas distancias, algunos señores políticos, y en especial el ministro de Exteriores Montoro, no para de sacar a colación “la Marca España" (ME).

Reconozco, y vaya por delante, que ni soy de letras, ni frecuento lemas de mercadotécnia. Ignoro qué se pretende describir cuando se alude a la “Marca España”.

Pero de momento no he escuchado algo ni parecido a ningún/a dirigente de Francia, Alemania, (impensable encontrar a la señora Merkel en semejante tesitura). Ni siquiera a uno/a proveniente de la festiva Italia, donde ciertos personajes pintorescos pululan por el gobierno (si es que tienen algo equiparable a un gobierno). A lo mejor hasta se debería patentar el hallazgo hispano.
Desconozco la necesidad de que una nación de ciudadanos, con su Constitución y sus leyes, dueña y señora de una riquísima cultura, dotada hasta con diferentes lenguas y usos de las mismas, necesite de esa especie de instrumento adicional de identidad en plan CocaCola, Pepsi, Chanel, o Mercadona. Y me pregunto si los españoles actuales acabarán/emos por desempolvar lindos trajes regionales y castañuelas para recibir “con alegria” verbenera a quienes nos salvan los muebles (los turistas) cada verano.

De momento propongo los siguientes ejercicios indagatorios. Para empezar, consultar lo que define a España (Spain) en los registros que gratuitamente ofrece la CIA en su portal oficial ya que eso lo debe haber leído Obama, y lo que lee Obama cuenta lo suyo “urbi et orbi”.

Al mismo tiempo, abrir una cuenta en Facebook para que todo quisqui explique qué entiende por “marca España”, si es que entiende algo, vamos. (Pongamos que “la roja”, Belén Esteban, el caganet, la ikurriña, “La maja vestida”, el cante jondo, el Gernika, una mascletá, San Fermines, Gaudí, la paella, Joaquín Sabina, sangría de garrafón, la catedral de Burgos, un botellón juvenil, el Camino de Santiago, la garbosa foto de Aznar en Las Azores, por ejemplo).

Y no vendría mal consultar a nuestros académicos, a esos señores y pocas señoras de la Real Academia de la Lengua, para que con su reconocida sapiencia, y en muchos casos buen humor, nos aclaren si es o no una expresión acertada para referirse a un país de momento con tendencia hacia la pobreza, aunque bastante decente. O si como a mi entender resulta una simplificación ridícula.

En todo caso, señor Montoro, le sugiero que nombre embajadores honorarios de “su” "Marca España” a quienes  están abandonando Spain, en busca de oportunidades para mejorar su vida. Le aseguro que lo van a hacer quedar muy bien.

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