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jueves, 17 de mayo de 2012

Bienvenida Mariela

Que a Mariela Castro Espín, hija del presidente cubano Raúl Castro y la fallecida Vilma Espín, se le permita viajar a Estados Unidos, con el correspondiente visado, ha provocado ridículas alaracas, reacciones desmesuradas, rasgaduras de vestiduras, entre los ilustres representante de lo más carca estadunidense. Argullen que Castro Espín, directora de un organismo que tiene que ver con la lucha por los derechos de gais y lesbianas (y por cierto, implicado en combatir la notable homofobía arraigada en el seno de la sociedad cubana), "simpatiza" con el régimen que encabeza su padre y que al parecer no tiene una opinión muy favorable de los "disidentes". Desde luego que es caer en la más profunda estupidez. ¿Qué esperaban de la hija de Raúl y sobrinísima de Fidel?. Mariela defiende al gobierno cubano ¿Y qué? ¿La convierte eso en una peligrosa apestada?. ¿No resulta algo muy positivo que entre Cuba y EEUU se rompan barreras culturales?. El régimen cubano, con 53 años de luces y sombras y del que se puede decir de todo, tiene furibundos defensores dentro y fuera de la dichosa isla (décimonovena del mundo) pero de la que no se deja de hablar. ¿No tienen igual derecho de expresión quienes respaldan la administración de Raúl/Fidel que los que encuentran que se trata poco menos que el infierno en la tierra?. El Departamento de Estado (H. Clinton) ha actuado correctamente al facilitar contactos entre estudiosos cubanos y sus homólogos estadounidenses y latinoamericanos. Ya que de eso se trata. Mariela Castro Espín no va a encabezar la revolución en USA. Tampoco va a Miami, a montar un número en la calle 8, sino que viaja a San Francisco.  No esperen que solicite asilo político. Se me ocurre que esa mujer puede llegar muy lejos.

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