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jueves, 22 de septiembre de 2011

España y Kuba a la greña

Las relaciones de España con Cuba (Kuba) parecen estar aproximándose a una de esas mini crisis que luego se quedan en agua de borrajas o dime que yo te dije.

Ahora han sido tres situaciones sensibles: por un lado el gobierno cubano decidió retirarle su acreditación al corresponsal de "El País" y la cadena SER.

La respuesta del Senado español fue una moción en contra de dicho procedimiento a la que no se sumó el PSOE, aunque hizo encajes de bolillos dialécticos para explicar que estaba en contra de la medida tomada por Cuba.

Personalmente deploro cualquier restricción a la labor informativa.  Aunque se practique un periodismo amarillo y roñoso. Pero no hay que chuparse el dedo gordo. El gobierno cubano tiene sus tics, sus leyes y sus características. Es lo que hay. 

No es fácil ser reportero en La Habana sin verse afectado por la bipolaridad. Sin caer en una de las dos posibles manías igualmente reprochables: un fidelismo-raulismo rabioso, que para eso está Granma, o todo lo contrario, convertirse en el espejo y eco de la potente maquinaria informativa miamense, por cierto bastante hortera.

Al menos trabajar en La Habana es grato y no comporta los peligros de crímenes y/o secuestros a que se exponen, sobre todo las mujeres, en otros países de la región como México. 

No se exactamente. Parece que el corresponsal de "El País" pisó muchos callos y le metió el dedo en el ojo a demasiados cubanos/as, gente que, pese a todas las dificultades y problemas, tras 50 años de esperanzas frustradas no quieren que encima venga un fulano de España y les trate con notoria superioridad, con profundo ninguneo, como a un desperdicio del tal Mauricio.

Comprendo que tal hipótesis es muy poco fiable ya que en Kuba la gente de a pié no tiene posibilidad de leer periódicos extranjeros, y jamás los comprarían en un hotel, porque primero está la cesta de la comida. Mauricio o su desperdicio informativo más bien les resbala. Les da lo mismo. Elllos buscan resolver el día a día no filosofar.

Pero no ocurre igual con los altos funcionarios que expiden las credenciales a periodistas extranjeros, que permiten trabajar legalmente en la isla. Los que cortan el bacalao vamos.

Supongo que la gota que desbordó el vaso llegó cuando el corresponsal de "El País" cubrió con gran impetu las negociaciones a tres bandas, el momento en que Moratinos, la iglesia católica y el gobierno del presidente Raúl  buscaban una salida digna al candente asunto de los presos políticos.

Es otra hipótesis, ya que en 20 años destacado (o sería mejor "empotrado") allí, sin  problemas, tampoco está muy claro. Siempre me pregunté los motivos por los que ciertos asuntos cubanos, por ejemplo temas de ciencia y tecnología, nunca aparecían en sus reportajes.

Da la casualidad que me encontraba en La Habana en esos días revueltos de las negociaciones. Circulaban múltiples rumores, como suele suceder a lo largo y ancho de una isla pequeña, un poco pueblerina y muy falta de abrirse al resto del planeta.

Para mi entender, lo que se vivía en Kuba en ese momento no correspondía a las bastante cargadas tintas de Vicent.  Las Damas de Blanco estaban allí, en la iglesia de Sta Rita, por cierto, a dos calles de la casa de mi madre. Conozco perfectamente al cura de Santa Rita, a las señoras de Cáritas. Hablé con muchas personas. Entre ellas, claro, con funcionarios del gobierno.

No presencié nada fuera de lo normal. No había amenazas por parte del "régimen". La manifestación de la Damas de Blanco transcurrió pacíficamente por Quinta Ave. No fue perturbada por "turbas" castristas enardecidas. Mucho de eso sucedió en 1980, cuando el éxodo por Mariel.

Si las autoridades cubanas correspondientes dieran marcha atrás y decidieran acreditar a Vicent, sería un gesto de suprema elegancia. Casi versallesca. Pero a éstas alturas de la película la cuestión se ha hinchado mucho, roza ligeramente la soberanía del país. Y esa la tienen los cubanos muy a flor de piel. Asi que hasta luego cocodrilo.

Otro asunto España-Cuba es el caso de un "empresario" español al que no se le ocurrió mejor asunto que "investigar" la prostitución infantil en Cuba. Al sujeto, cuya mujer está dándole la tabarra tanto al Embajador de España en Cuba como a la Ministra de Exteriores para que lo liberen, le ha caído una condena de 7 años.

En el presente caso la justicia cubana ha sido harto generosa. No sé la que habrían armado en España los padres de las niñas si un sujeto extranjero  (o da lo mismo) filma con cámara oculta a sus hijas menores, y graba sus experiencias sexuales, lo que a mi manera de ver constituye un grave atentado contra su intimidad. Si a eso se suma que se les invitó a consumir bebidas alcoholícas, el cuadro es muy feo. Inaceptable, vamos.

Lo mismo hicieron con chicos, a quienes ofrecieron ponerlos en contacto con "turistas" para ofrecerles sus "servicios". El infame documental de las chicas, a las que se invitó a bañarse en una piscina ligeritas de ropa (no se ven desnudas en el YouTube) fué exhibido por el canal privado Tele 5 como muestra de lo que sucedía en  las escuelas de Cuba. Y claro, los cubanos de uñas.

El  embajador de España en La Habana ha solicitado que se le expulse de Cuba y San se acabó.

Pues no: que cumpla y si se le otorga la expulsión que sea previo pago de una significativa fianza.

El tercer asunto tiene que ver con Madrid, tal vez la  ciudad más  abierta y acogedora del mundo. Donde existen más bares por metro cuadrado que en ninguna otra parte. Donde nadie es extranjero. Como notarán, adoro Madrid.

Pues parece que debido a tal proverbial generosidad, desde mayo existe en Madrid una representación de la organización "Alfa 66".

Los de Alfa 66 no son masones, ni templarios. Tampoco misioneros combonianos. Ni jesuitas. Ni de la Obra.

La comunidad de Madrid ha cometido el error de acreditar como "asociación pro derechos humanos", una organización de marcado corte militarista, anticastrista, con sede central en Miami Vice.

Muchos de sus miembros han participado en acciones armadas. Hasta su logotipo lo proclama.

Agrupa mayoritariamente a hombres que de una u otra manera se han implicado en acciones armadas clandestinas y sabotajes.

El conocido terrorista Posada Carriles pertenece a Alfa 66. Para quienes no estén al tanto, a tal sujeto se le atribuye haber organizado la voladura de un avión de pasajeros de la línea Cubana. En la actualidad disfruta de cómodo retiro en Miami.

Pueden aborrecer a Fidel y Raul, pero la lucha contra el terrorismo está por encima de cualquier identidad política.

Hay que señalar que los miembros de Alfa 66 se encuentran entre los 60 y los 80 años.

Predominan las canas y la nostalgia. Pero no se fíen.

La presencia de Alfa 66 en Madrid puede ser un  pequeño dolor de cabeza para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de la capital de España.

Estos "abuelos" cubano americanos están muy acostumbrados a llevar armas: en EEUU eso es normal.

Encima han tenido constante entrenamiento militar.

Los hay que estuvieron alguna vez temporalmente a sueldo de la CIA para "trabajos" en América Latina.

Desde luego que entre los militantes de la belicosa organización no faltan quienes disparan primero y preguntan después.

A muchos cubanos de Cuba les duele la presencia en Madrid de Alfa 66.

Como nos ofenderíamos en España si en La Habana festejaran cualquiera de las organizaciones terroristas que sufrimos en España.

Ojalá que no haya que lamentar una desgracia. Acuérdense lo que les digo

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