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martes, 19 de noviembre de 2013

Con Libération


El horror absoluto e impensable en el hall de nuestro periódico. En el espacio que aquí todos llamamos "la acogida". Para Libération, acoger es afirmar que un medio pertenece a todos y que, por eso, sale a la calle con total transparencia, sin ocultar nada.
Ayer, por la mañana, un hombre armado con un fusil disparó varias veces en este lugar, hiriendo gravemente al joven ayudante de un fotógrafo. En unos segundos, la acogida se convirtió en "la escena del crimen", en "un escenario de guerra", como dijo el ministro de Interior, Manuel Valls. Los policías ocuparon el lugar de los periodistas y estuvieron trabajando durante todo el día en la reconstrucción de este acto odioso y bárbaro en esta profanación.
Después del drama y de los acontecimientos posteriores en casa de nuestros hermanos de la BFMTV, los locales de todos los medios están protegidos. En París, en Francia, en 2013. Una situacióninsensata, escandalosa, pero necesaria.
¿Qué es un periódico? Un actor irreemplazable de la vida democrática. Un vector de debate y, a veces, de lucha de ideas. Donde nace una democracia nace, en su estela, el sublime tumulto de la prensa. Disparar en un periódico es atentar contra la vida de hombres y mujeres que cumplen con su profesión. Y atentar contra una idea, un conjunto de valores que, entre nosotros, se llaman República.
Desgraciadamente, en la Francia de 2013 no son las grandes palabras sino las evidencias las que hay que recordar. Con horror, pensando en la tragedia de la que ha sido víctima 'Libération'. Pero también con fuerza, con determinación y con tozudez. Y, por encima del 'shock' y de la tristeza, con el optimismo y la serenidad que animan, en última instancia, a todos los demócratas.
'Libération' no cambiará. Aún profundamente emocionados, seguiremos defendiendo aquello que nos anima desde hace 40 años. Seguiremos trabajando con nuestras propias armas, las armas no violentas de la libertad y del periodismo. Seguiremos pensando que el mundo normal, atacado, violado e intimidado por un acto así, sigue siendo el bien más preciado y debe ser protegido por encima de todo y a cada instante.
Seguiremos avanzando. Nos negaremos a enterrar uno solo de nuestros valores, principios o creencias. Una actitud que se la debemos a nuestra idea de democracia. A nuestros lectores. Y, sobre todo, desde el fondo del corazón, a ese joven, gravemente herido, a su familia, a sus familiares y a sus amigos, en torno a los cuales el equipo de Libération se mantiene profundamente unido.
Editorial del diario 'Libération'

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