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domingo, 5 de febrero de 2012

Fidel Castro vivito y coleando

Allí lo tienen, a sus 85 añitos, incombustible, dando guerra. Claro que está enfermo y sometido a estricto control médico, pero a Fidel Castro no lo doblega nada. Que se fastidien sus constantes  enterradores, de momento no le ha llegado su hora. Y como para demostrarlo el viernes se largo 4 horitas entre una cosa y otra, en la presentación de un libraco de sus memorias.

Fidel Castro es cualquier cosa menos un desmemoriado. Digan lo que les de la gana pero ya querrían muchos politicos y/o estadistas de tres al cuarto poseer el culturón enciclopédico de un abuelo y bisabuelo que para bien y mal ha marcado la historia de por lo menos América Latina. A él le preocupaba si la Historia (esa entelequia con mayúscula) lo absolvería o no. La cosa no es demasiado complicada: depende de quien la escriba.

Hace unos días leí unas declaraciones de los dos cabestros que aspiran a representar al Tea Party y demás escoria comentando que ellos "eran de los que celebrarían la esperada (y deseada) muerte de Castro". Con su nivel intelectual incluso formularon hipótesis sobre que Fidel iría al infierno.

Esperemos que sus vaticinios no se cumplan porque entonces, con semejante aliado, no habrá quien pare al Comandante. Veremos a Lucifer vestido de verde olivo.

Pues eso Comandante, donde sea, para lo que sea, y como sea, yo firme haciéndole la pelota. Con tal de incordiar al personal.

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