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martes, 20 de diciembre de 2011

Los herederos


       Kim Jong-un                                      Alejandro Castro   
No alcanzo a entender las muestras de dolor  y desolación por la muerte de Kim Jong-il, segundo miembro de la dinastía iniciada por Kim IL-sung.

Tal vez es porque de Corea del Norte se sabe poco. Personalmente reconozco mi profunda ignorancia.

Pero como una imagen vale más que mil palabras, contemplo la del heredero designado, el tercer Kim de la dinastía y quedo medio espeluznada.El sujeto tiene muy mala pinta.

Un hombre, de menos de 30 años según algunos medios, posee una mirada vacuna y la impasibilidad del mismo rumiante productor de leche.

La boca es casi femenina, lo que no es necesariamente desagradable. El cuello ausente, cubierto por una significativa papada.

Es gordo sin paliativos y me importa un bledo incurrir en eso que se llama "políticamente incorrecto". Puede pasar por practicante de "sumo", en el mejor de los casos.

Como no sabía qué hacer con las manos, aparece con los puños cerrados sobre las rodillas.

Viste con el uniforme de los mandamases, aunque tampoco estoy segura que no sea el mismo traje que gasta también la sufrida población

Es de suponer que el hijo menor del ahora difunto Kim Jong-il se ha criado en medio de todos los mimos posible. Que sus caprichos se han visto satisfechos con creces. Y ahora le llegan el poder y la gloria.

No es por casualidad que de fondo a su plúmbea figura se observa el cielo azúl.

Pudiera ser, es tentador pensarlo, que el nuevo Kim aporte algo positivo al lúgubre panorama de Corea.

También es posible que el nuevo Kim sea una marioneta en manos de los que que de verdad llevan las riendas del país y que no cambien nada.

La otra foto es de uno de los hijos del presidente cubano Raúl Castro y Vilma Espín. La composición de ambas ilustraciones no es mía. Pertenece al portal "Generación Y", que presume de hacerse desde Cuba.

Ignoro si  lo que querían sugerir  era que en Cuba, como en Corea, se va a instaurar una suerte de dinastía prolongada con la participación de los miembros de las familias de Fidel y Raúl.

La verdad es que, como ha reconocido Raúl Castro, con los tintes más oscuros posibles, la economía de la isla se encuentra en una situación crítica.

Es imposible abordar al mismo tiempo todos los cambios que la población desea.

No faltan quienes sugieren la urgente necesidad de que Cuba pueda recibir los beneficios (y cumplir los compromisos) de los organismos financieros mundiales, tal como ha ocurrido con Viet-Nam.

Ignoro quién será la/el que presida el gobierno de Cuba después de Raúl Castro. Es posible que  en algún momento se modifique la constitución para permitir la participación real de diferentes sensibilidades políticas.

Tampoco descarto que alguno de los numerosos miembros de la familia Castro quieran seguir la tradición familiar. A lo mejor hasta encuentran seguidores.

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