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miércoles, 15 de mayo de 2013

Sabiduría psicópata


Si usted se da aires de grandeza, se cree por encima de todo el resto de la vulgar humanidad, si es capaz de desplegar una gran capacidad de persuasión junto con un encanto fingido, si, aunque no se le note, sabe que es cruel, que le importa un bledo el destino de los otros (falta de empatía), puede que sea un líder mundial, un/una dirigente notable o sencillamente un/a psicópata que puede terminar como asesino/a en serie. De la misma pasta parece que están hechos sujetos terroríficos como el personaje Hannibal Lecter de “El silencio de los corderos”, y famosos gerentes empresariales.

El problema es que, en opinión del psicólogo Kevin Dutton, autor de los libros “Split-second persuasión” y “The wisdom of psychopaths”, los rasgos psicopáticos pueden aparecer en distinto grado en cada individuo. Y es el nivel y la combinación de los que se presentan lo que determina si se trata o no de una psicopatía patológica.

“Los psicópatas carecen de miedo, están seguros de si mismos, son carismáticos, despiadados y centrados. Pero, en contra de la creencia popular, no necesariamente violentos”, explica Dutton, psicólogo investigador en el Centro de Investigación Calleva para la Evolución y las Ciencias Humanas del Colegio Magdalen, en Oxford.

Al parecer los atributos psicopáticos pueden ser de utilidad a la hora de desempeñar determinadas profesiones. Y Dutton menciona el caso del neurocirujano al que designaremos como GX, un reconocido profesional del Reino Unido cuyas palabras tal vez provoquen escalofríos: “”No tengo compasión por aquellos a los que opero. Es un lujo que no me puedo permitir. En el quirófano renazco como una máquina fría y sin corazón, totalmente aunado con el bisturí, taladro y la sierra. Cuando te dejas llevar y burlas a la muerte en los confines del cerebro, los sentimientos no sirven para nada. La emoción es entropía y no sirve para el negocio. Le he dado caza hasta conseguir extinguirla con los años”.

La verdad es que lo comprendo bien. Me he subido a una moto de gran cilindrada y viajado a velocidades vertiginosas. Nunca lo hubiera hecho de no ser el conductor un experto, pero además un sujeto muy frío, que desconoce el miedo, con gran capacidad de concentración y bastante poco empático.

El asunto es complejo, como todo lo que tiene que ver con las neurociencias y se ha comenzado a estudiar vinculado al cerebro físico. Resulta, y es una simplificación, que el cerebro “normal” demuestra actividad en ciertas zonas cuando se somete al sujeto a una disyuntiva moral. Esa misma resonancia magnética funcional en el psicópata arroja una oscuridad sintomática de que allí no ocurre nada.

Puestos a discriminar, algunos atributos psicopáticos aparecen con mayor frecuencia en líderes empresariales antes que en los perturbados criminales. Por ejemplo los distantes y calculadores financieros pueden ser superficialmente encantadores, al tiempo que egocéntricos, persuasivos y ojo, carentes de empatía.
 

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