30 de septiembre de 1944. Boda por lo civil de César y Ana.
Aquí tienen una pareja de novios. Están en una casa solariega. Ella luce una joya muy valiosa. Él la mira embobado. Como cada mujer aspira a ser vista por su amado. Lo de ellos era genuino e intenso. De ellos sí que quedará el quevediano polvo enamorado.
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