La respetable comunidad internacional, la ONU, la EU, la OTAN, el actual Gobierno estadounidense, del presidente Obama, (en el que algunos cándidos pusimos tantas esperanzas), y que de cierta manera rige los destinos del mundo, permanecen casi impotentes.
Iracundos pero boquiabiertos. Como mesmerizados, ante la situación que se desarrolla en Libia. En espera de aprobar no se sabe qué resoluciones, qué medidas de embargo, algo que no sea contemplarar y no hacer nada.
Al menos aciertan a disponer aviones para sacar a sus nacionales.
Algunos elaboran hipótesis sobre el número de posibles refugiados. Temen que se desborden las fronteras y que nos alcance una imparable ola de personas desesperadas.
Las noticias en la web y los medios escritos dicen poco, nada o algo bastante malo. Gadafi cuenta con reservas de gas mostaza. Una forma relativamente sencilla de aniquilar oponentes.
Nadie sabe en definitiva cuántos civiles han muerto. No se sabrá nunca.
¿Puede haber acción más cobarde que ametrallar desde un avión a una multitud inerme que protesta?
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sábado, 26 de febrero de 2011
lunes, 21 de febrero de 2011
Cuba, Kuba: lo real no imaginario.
Recuerdo las clases de filosofía del Dr. Suárez Gallól, que era tan buen profesor como para hacernos un poquito digeribles los áridos postulados marxistas leninistas. Y su memoria me llega por la proximidad del Sexto Congreso del PCC en Cuba, que todos esperamos.
¿Qué es Cuba hoy por hoy?. No voy a presumir de experta "cubanóloga". Ese insigne título se encuentra ya ocupado sobre todo por los rabiosos detractores de Fidel, Raúl, y todo lo que huela ligeramente a revolucionario. A mí es que no me va el odio, prefiero la duda y la comprensión.
Visto de cerca, en su duro día a día, en Cuba lo que impera es un sistema capitalista muy cojitranco que en muchos de sus "sui generis" aspectos, logra poner de uñas, irritar y ofender a una significativa parte de los cubanos de la isla. Y hago tal distinción porque el ejercicio de la cubanía activa a distancia resulta dudoso.Los de la isla son los que cuentan, vamos.
La improductividad de tal armatoste, que no se asemeja, ni por casualidad, a ninguna de las vetustas utopías marxistas, ha sido cruelmente puesta en entredicho ni más ni menos que por los propios líderes revolucionarios: Fidel y Raúl.
Las líneas maestras para lograr un sistema económico mínimamente sostenible pasan, por algo que se dice pronto, pero que va a resultar doloroso: el fin de miles de puestos de trabajo estatales, de esos que los propios empleados decían: "ellos fingen que nos pagan y nosotros a cambio hacemos como que trabajamos".
La aspiración es ni más ni menos, que la creación, a marchas forzadas, de una "clase media" capaz de lograr la autosuficiencia y satisfacer las necesidades de consumo. Y de ahí sale la relación (recibida con bastantes burlas) de actividades autorizadas, a realizar previo inscripción y pago de tasas.
Para más inri y dificultad para los cubanos deseosos del progreso de Cuba, en la isla circulan esas dos monedas, que marcan significativamente a la población.
Están aquellos y aquellas beneficiarios de remesas en dólares o euros, con los que pueden adquirir artículos de primera necesidad a precios estratosféricos. Fuera del paraiso del CUC o chavitos, todo es oscuridad y desolación.
En medio de los dos sistemas monetarios, y como producto de ellos, funciona un territorio comanche del resolver día a día, que roza cercanamente la ilegalidad. Se roba con gracia y descaradamente al padrecito estado. Se practican todo tipo de cambalaches. No es una economía sumergida: es "la" verdadera economía interna.
Pese a tan anómalo panorama, el observador bien intencionado que visita la isla no dejará de admitir que los cubanos protagonistas de tal situación ofrecen un aspecto bastante lejano a la depauperación y la miseria galopante de otros países del entorno.
Y no es un consuelo vano: en Cuba no se verá por ningún lado niños mendigos. Y sí muchísimas escuelas humildemente dotadas, pero muy dignas, donde los chavales se encuentran calzados, limpios y ruidosamente saludables. Algunos modelos pedagógicos, como los internados de enseñanza media gratuitos, resultaron incosteables y ya se han abandonado paulatinamente.
Pero junto con tales fracasos existe una extensa red de escuelas técnicas y facultades universitarias. De institutos de investigación, como los centros biotecnológicos, el Instituto de Medicina Tropical, o la Escuela Latinoamericana de Medicina.
La escolarización en Cuba, amplia y notable, es un capital muy importante para la etapa de cambios que se avecinan. Pero, ¿qué nos queda de la Revolucion?
El gobierno encabezado por Fidel y Raúl, o como se quiera ponerlos, cuenta dentro de la isla con un amplio sustrato de apoyo que se extiende más allá de los pilares fundamentales del estado como el Ejército o el MININT.
El presente espíritu revolucionario, o lo que queda de él, descansa fundamentalmente en la defensa a ultranza de la nacionalidad, es decir en un patriotismo que no deja de criticar, y hay que ver cuanto, las actuaciones del gobierno.
En Cuba la población no se corta a la hora de criticarlo todo. Y para hacerlo aprovechan todos los espacios creados por el propio sistema: las organizaciones que convocan mítines masivos que los cubanos con frecuencia convierten en ocasiones de fiesta espontánea.
Las variopintas organizaciones anticastristas de viejo estilo, que funcionan fuera de la isla, cuentan con poca o ninguna representatividad dentro del país. Y su lenguaje más bien anquilosado no consigue eco entre los cubanos más jóvenes.
Claro que los jóvenes quieren mucho más de lo que ahora tienen, pero que no necesariamente ven en el exilio la solución a sus aspiraciones. Son una fuerza constructiva importante de la que no se habla.
Y luego cuentan los denominados disdentes que desarrollan su actividad dentro del país. La verdad es que, visto el carácter pacífico y conciliador de por ejemplo, las Damas de Blanco, sería muy deseable que encontraran un espacio de libre expresión, participativo y abierto.
Existe una diferencia abismal entre las aspiraciones y objetivos de los distintos grupos que se oponen al actual gobierno dentro del país, con respecto a sus contrapartes digamos que "miamenses". Actualmente tal parece que la única alternativa es la cárcel o el obligado exilio.
Quienes participen en el Sexto Congreso del PCC tiene la oportunidad de aprovechar todo el potencial de su organización para contribuir, porqué no, a establecer una sociedad plural y dialogante. No deberían tener miedo a un desbordamiento inesperado.
Hay un chiste muy malo y muy viejo en que un agente de la CIA rinde informes en Langley luego de un viaje a Cuba. Y ésto es lo que decía el buen hombre: "Allí las tiendas están vacías, pero todo el mundo come. No hay prendas de ropa, pero no se ve nadie en harapos. Y todo el mundo habla mal de Fidel, pero si uno se lo critica, salen miles gritando Patria o Muerte. Eso no lo entiende nadie". Pues eso, que Patria o Muerte.
¿Qué es Cuba hoy por hoy?. No voy a presumir de experta "cubanóloga". Ese insigne título se encuentra ya ocupado sobre todo por los rabiosos detractores de Fidel, Raúl, y todo lo que huela ligeramente a revolucionario. A mí es que no me va el odio, prefiero la duda y la comprensión.
Visto de cerca, en su duro día a día, en Cuba lo que impera es un sistema capitalista muy cojitranco que en muchos de sus "sui generis" aspectos, logra poner de uñas, irritar y ofender a una significativa parte de los cubanos de la isla. Y hago tal distinción porque el ejercicio de la cubanía activa a distancia resulta dudoso.Los de la isla son los que cuentan, vamos.
La improductividad de tal armatoste, que no se asemeja, ni por casualidad, a ninguna de las vetustas utopías marxistas, ha sido cruelmente puesta en entredicho ni más ni menos que por los propios líderes revolucionarios: Fidel y Raúl.
Las líneas maestras para lograr un sistema económico mínimamente sostenible pasan, por algo que se dice pronto, pero que va a resultar doloroso: el fin de miles de puestos de trabajo estatales, de esos que los propios empleados decían: "ellos fingen que nos pagan y nosotros a cambio hacemos como que trabajamos".
La aspiración es ni más ni menos, que la creación, a marchas forzadas, de una "clase media" capaz de lograr la autosuficiencia y satisfacer las necesidades de consumo. Y de ahí sale la relación (recibida con bastantes burlas) de actividades autorizadas, a realizar previo inscripción y pago de tasas.
Para más inri y dificultad para los cubanos deseosos del progreso de Cuba, en la isla circulan esas dos monedas, que marcan significativamente a la población.
Están aquellos y aquellas beneficiarios de remesas en dólares o euros, con los que pueden adquirir artículos de primera necesidad a precios estratosféricos. Fuera del paraiso del CUC o chavitos, todo es oscuridad y desolación.
En medio de los dos sistemas monetarios, y como producto de ellos, funciona un territorio comanche del resolver día a día, que roza cercanamente la ilegalidad. Se roba con gracia y descaradamente al padrecito estado. Se practican todo tipo de cambalaches. No es una economía sumergida: es "la" verdadera economía interna.
Pese a tan anómalo panorama, el observador bien intencionado que visita la isla no dejará de admitir que los cubanos protagonistas de tal situación ofrecen un aspecto bastante lejano a la depauperación y la miseria galopante de otros países del entorno.
Y no es un consuelo vano: en Cuba no se verá por ningún lado niños mendigos. Y sí muchísimas escuelas humildemente dotadas, pero muy dignas, donde los chavales se encuentran calzados, limpios y ruidosamente saludables. Algunos modelos pedagógicos, como los internados de enseñanza media gratuitos, resultaron incosteables y ya se han abandonado paulatinamente.
Pero junto con tales fracasos existe una extensa red de escuelas técnicas y facultades universitarias. De institutos de investigación, como los centros biotecnológicos, el Instituto de Medicina Tropical, o la Escuela Latinoamericana de Medicina.
La escolarización en Cuba, amplia y notable, es un capital muy importante para la etapa de cambios que se avecinan. Pero, ¿qué nos queda de la Revolucion?
El gobierno encabezado por Fidel y Raúl, o como se quiera ponerlos, cuenta dentro de la isla con un amplio sustrato de apoyo que se extiende más allá de los pilares fundamentales del estado como el Ejército o el MININT.
El presente espíritu revolucionario, o lo que queda de él, descansa fundamentalmente en la defensa a ultranza de la nacionalidad, es decir en un patriotismo que no deja de criticar, y hay que ver cuanto, las actuaciones del gobierno.
En Cuba la población no se corta a la hora de criticarlo todo. Y para hacerlo aprovechan todos los espacios creados por el propio sistema: las organizaciones que convocan mítines masivos que los cubanos con frecuencia convierten en ocasiones de fiesta espontánea.
Las variopintas organizaciones anticastristas de viejo estilo, que funcionan fuera de la isla, cuentan con poca o ninguna representatividad dentro del país. Y su lenguaje más bien anquilosado no consigue eco entre los cubanos más jóvenes.
Claro que los jóvenes quieren mucho más de lo que ahora tienen, pero que no necesariamente ven en el exilio la solución a sus aspiraciones. Son una fuerza constructiva importante de la que no se habla.
Y luego cuentan los denominados disdentes que desarrollan su actividad dentro del país. La verdad es que, visto el carácter pacífico y conciliador de por ejemplo, las Damas de Blanco, sería muy deseable que encontraran un espacio de libre expresión, participativo y abierto.
Existe una diferencia abismal entre las aspiraciones y objetivos de los distintos grupos que se oponen al actual gobierno dentro del país, con respecto a sus contrapartes digamos que "miamenses". Actualmente tal parece que la única alternativa es la cárcel o el obligado exilio.
Quienes participen en el Sexto Congreso del PCC tiene la oportunidad de aprovechar todo el potencial de su organización para contribuir, porqué no, a establecer una sociedad plural y dialogante. No deberían tener miedo a un desbordamiento inesperado.
Hay un chiste muy malo y muy viejo en que un agente de la CIA rinde informes en Langley luego de un viaje a Cuba. Y ésto es lo que decía el buen hombre: "Allí las tiendas están vacías, pero todo el mundo come. No hay prendas de ropa, pero no se ve nadie en harapos. Y todo el mundo habla mal de Fidel, pero si uno se lo critica, salen miles gritando Patria o Muerte. Eso no lo entiende nadie". Pues eso, que Patria o Muerte.
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