Pese al discurso lento y plumbeo del vicepresidente cubano Sr. Machado Ventura en la conmemoración del 26 de julio, (una fecha crucial de la revolución cubana, el ataque al cuartel Moncada por Fidel Castro y los "moncadistas", que desencadenó una respuesta criminal por parte del gobierno de Batista), señoras, señores, algo muy bueno parece moverse en Cuba.
Una muestra de ello es el fin de esa prolongada lacra contra la economía que se dió por llamar "trabajo voluntario".
Me explico, el trabajo grátis, no remunerado, realizado en días festivos o fuera de horario de trabajo, se calificaba de "trabajo voluntario".
Y los cubanos que son irreverentes por naturaleza hablaban de trabajo "obliguntario".
Había que ir ya que de no hacerlo las consecuencias podía ser bastante desagradables.
Yo participé activamente en lo que siempre me pareció una forma suprema de perder el tiempo miserablemente.
Cuando los estudiantes de secundaria caíamos sobre un campo digamos que de patatas, el precio del tubérculo seguro se disparaba.
Había que gastar gasolina para mover los camiones que nos transportaban a sitios lejos de la ciudad. El viaje de ida y vuelta consumía parte del tiempo real de trabajo.
Los estudiantes éramos vagos y descuidados por naturaleza. Nuestra presencia en los surcos representaba una auténtica desgracia agraria.
Debían proporcionarnos desayuno, merienda y si se terciaba comida a medio día. Los maestros no podían faltar para controlarnos un poco. A veces había pequeños accidentes por falta de experiencia en la faena.
Éramos una plaga bullanguera y entusiasta que cantaba y rumbeaba. Nuestra productividad era nula o muy baja.
Hay que decir que el "invento" del trabajo productivo fue cosa del Ché, que como era tan idealista y entregado a rollo comunista, soñaba con una sociedad en la que la gente, de motu propio, contribuyera a la producción colectiva.
El Ché se aplicó con denuedo a su iniciativa. Daba el ejemplo. Y no lo hacía de figurón sino que estaba convencido de que tales faenas servían para algo.
El Ché sí que hacía trabajo voluntario. ¿Dónde se ha visto un ministro cargando sacos de harina?.
Ahora, 53 años después se acabó esa entelequia guevariana.
Como se deberán terminar otras tantas trabas burocráticas para que los cubanos de Cuba desarrollen la iniciativa privada y disfruten de mayores y mejores niveles de consumo.
El trabajo voluntario quedará acotado para situaciones especiales, como puede ser un desastre natural.
La noticia irritará a todos los que desean de forma ferviente y rabiosa que los cubanos de Cuba se vean sumidos en el caos.
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lunes, 1 de agosto de 2011
Mercado de genes
Una corte de apelacion estadounidense ha fallado a favor de la empresa biotecnológica Myriad Genetics de Salt Lake City.
El juicio tenía que ver con la posesión de la patente de las secuencias de ADN denominadas BRCA1 y BRCA2, por parte de dicha empresa.
El gran interes por poseer la patente sobre ambas secuencias es su aplicación práctica: se usan para identificar mutaciones en el ADN que significan un alto riesgo de desarrollar cancer de mama y/o ovario.
La decisión fue dividida y tal vez influenciada con el fallo del tribunal inferior para quien había primado el concepto de que ninguna secuencia de ADN era patentable ya que formaba parte de la naturaleza.
En la instancia superior ganó el argumento de que la patente de Myriad se aplica al llamado cDNA (DNA complementario, que no es propiamente material genético (DNA) natural).
El cDNA o se ha sintetizado o bien se ha aislado separando las dos hebras de la cadena de DNA "natural". De ahí que se considere que no es parte de la dotación genética.
El presente resultado, que "Science" comenta en su número de julio, tal vez creará jurisprudencia y constituirá otra buena baza para la comercialización de genes.
La aplicación práctica de la identificación de secuencias de DNA puede involucrar cualquier material biológico, desde secuencias como la BRC1 y BRC2 que tienen que ver con el diagnóstico clínico hasta semillas, pasando por razas de animales
Esquema de molécula de DNA |
El juicio tenía que ver con la posesión de la patente de las secuencias de ADN denominadas BRCA1 y BRCA2, por parte de dicha empresa.
El gran interes por poseer la patente sobre ambas secuencias es su aplicación práctica: se usan para identificar mutaciones en el ADN que significan un alto riesgo de desarrollar cancer de mama y/o ovario.
La decisión fue dividida y tal vez influenciada con el fallo del tribunal inferior para quien había primado el concepto de que ninguna secuencia de ADN era patentable ya que formaba parte de la naturaleza.
En la instancia superior ganó el argumento de que la patente de Myriad se aplica al llamado cDNA (DNA complementario, que no es propiamente material genético (DNA) natural).
El cDNA o se ha sintetizado o bien se ha aislado separando las dos hebras de la cadena de DNA "natural". De ahí que se considere que no es parte de la dotación genética.
El presente resultado, que "Science" comenta en su número de julio, tal vez creará jurisprudencia y constituirá otra buena baza para la comercialización de genes.
La aplicación práctica de la identificación de secuencias de DNA puede involucrar cualquier material biológico, desde secuencias como la BRC1 y BRC2 que tienen que ver con el diagnóstico clínico hasta semillas, pasando por razas de animales
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