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viernes, 4 de marzo de 2011

La verdad oculta sobre el sabotaje de "La Coubre", en Cuba.

Era el 4 de marzo de 1960. Faltaba poco para mi cumpleaños. El cielo estaba nublado. Hacía un calor pegajoso mitigado por la brisa marina. Acababa de salir de la escuela, del colegio de las monjas Ursulinas francesas. Había tenido un día muy duro jugando basquet y corriendo. Iba a merendar. Tenía mucha hambre. Y tenia deberes insoslayables. Las maestras no perdonaban faltas ni omisiones.

De pronto escuché un ruido atronador. Pasó un tiempo que me pareció muy breve. Y luego otro similar. Aquello no podían ser truenos.

Busqué el pequeño palo que me habia dado un soldado de la escolta del Comandante. Me dijo que tenía que morderlo si se había un bombardeo. Y pensé en bajar de inmediato al garaje subterráneo. Pero no era eso. Mi madre desapareció.

Yo me reuní con dos amigas. Invadimos  la biblioteca de mi padre. Miramos la televisión. Algunas horas después de la explosión Fidel habló en la Plaza de la Revolución. Se había hecho de noche. Había un mar de gente. Nosotras estábamos como hipnotizadas.

Fidel dijo estar convencido de que detrás de aquella atrocidad perpetrada contra Cuba estaba la mano de la CIA.

Nosotras no teníamos una idea precisa de qué era aquello de la CIA. Pero tomamos buena cuenta de por dónde nos iban a venir los tiros.

Mucho más tarde, ya muy avanzada esa noche tan larga, mi padre regreso a casa. Venia con la ropa manchada de sangre. Había estado en el rescate de los heridos. Y de los restos de cuerpos dispersados. El coche, también presentaba manchas de sangre.

Admiré su actitud tan modesta. Acababa de jugarse la vida. Sobre un mueble reposaba su Garand.

 El presunto atentado terrorista contra el buque francés La Coubre, atracado en el puerto de La Habana, ocasionó un centenar de muertos. Entre ellos, seis miembros de la tripulación: el primer teniente François Artola, el timonel Jean Buron y los marineros Lucien Aloi, André Picard, Jean Gendron y Alain Moura.

El número de heridos se estimó por los hospitales y con ayuda de los testimonios de quienes participaron en los rescates en más de 200. Hubo pacientes que sobrevivieron con serias mutilaciones: piernas, brazos arrancados que fueron a parar tal vez a la bahía.

Se contabilizaron un número de desaparecidos. Es decir, personas cuyos restos no se identificaron.

Los 22 marineros franceses sobrevivientes de La Coubre fueron posteriormente repatriados a Francia también por barco.

El costo de los daños materiales fue  estimado en unos 17 millones de dólares.

Según el testimonio del  combatiente del Ministerio de Interior José Alvarez, que como mi padre participó en las labores de rescate de heridos y recolección de restos humanos, los cuerpos se esparcieron en un radio muy considerable, lo que dificultó la recuperación. 

En aquel momento ellos no tenían ni idea de cómo se habían producido las explosiones. Lo primero era salvar el mayor número posible de personas. Actuaron desconociendo si se podía producir otra explosión. Para la evacuación y tareas de salvamento en el área afectada inmediata utilizaron camiones, coches particulares, ambulancias. Lo que se pudo encontrar. Fue una movilización enorme. Fue un reto.

El gobierno de Cuba nunca logró esclarecer los detalles de la voladura de "La Coubre". Se lo escamotearon.
El gobierno de Estados Unidos, más de medio siglo después, sigue sin desclasificar documentos relacionados con La Coubre.
"No es posible haber ignorado las circunstancias en que se vieron involucrados varios ciudadanos norteamericanos", afirmó a "Granma Internacional" ,  José Luis Méndez Méndez,  historiador del terrorismo contra Cuba, al enumerar una larga lista de elementos sospechosos que vinculan a Estados Unidos a los acontecimientos ocurridos el 4 de marzo de 1960 en La Habana. "Se tendría que haber investigado de oficio este crimen", afirma Méndez.





Papeles clasificados
El dossier completo de la investigación de la armadora francesa CGT sobre el atentado del barco La Coubre, cuya responsabilidad Fidel  atribuyó a la CIA, se encuentra en la caja fuerte de una fundación marítima francesa, con la prohibición de "desclasificarse" en unos 150 años según los servicios jurídicos de los últimos dueños del buque.


El expediente duerme desde casi medio siglo en el enorme fondo de archivos de la Compagnie Générale Transatlantique (CGT), también conocida como French Line, propietaria de la Coubre en el momento de la tragedia ocurrida en La Habana, Cuba.


La CGT se integró en 1973 a la Compagnie Générale Maritime, empresa estatal que fue privatizada luego y cedida a un consorcio hoy conocido como CMA CGM. La propiedad jurídica y la administración del fondo de archivos de la CGT fueron confiadas en 1995 a una fundación en cuyo consejo de administración de 16 miembros se encuentren dos representantes de CMA CGM.

Esta fundación llamada "Association French Lines", maneja, con el propósito de garantizar la conservación del patrimonio marítimo francés, un servicio de investigación histórica de distintos fondos de empresas de navegación, en su sede ubicada en la calle Lucien Corbeaux de la ciudad portuaria de Le Havre.

Entre las más de 30 000 fichas del archivo de la fundación, 79 contienen referencias a los distintos momentos de la existencia de La Coubre.

Uno que lleva el número 22091, integrado al fondo en 1997, tiene la descripción siguiente: "La Coubre. Explosión en La Habana, reparaciones, fotografías, artículos de prensa, lista de desaparecidos, informe al comité de dirección, condiciones de aseguramiento, correspondencia".


Este expediente cuyo contenido parece del gran interés para el conocimiento de detalles  del  presunto acto terrorista ocurrido en La Habana, tiene como origen los Servicios Jurídicos de la desaparecida CGT y está marcado ante la mención "comunicabilidad", con la asombrosa prohibición: "Comunicable en 150 años". Es decir es un expediente clasificado como de alto secreto.

La existencia de tal fondo de información sobre el crimen de La Coubre, por cierto, constituye un elemento misterioso más en la tela de enigmas que rodea el acto terrorista más importante del siglo en el continente.


Ocurrido hace exactamente 51 años, el 4 de marzo de 1960, Cuba ha denunciado en numerosas oportunidades, la responsabilidad de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadounidense en la explosión de La Coubre en el puerto de La Habana.


Bautizado el 16 de abril de 1948 por el astillero Canadian Vickers Ltd de Montreal, Canadá, la Coubre realiza desde el 11 de octubre de 1951 recorridos entre Francia, Antillas francesas, América Central y Estados Unidos.


La Coubre fue remolcada el 22 de agosto de 1960 fuera del puerto habanero por el barco neerlandés Ooostzee hacia Rouen, Francia, donde los Chantiers de Normandie reconstruyen la parte destruida. El barco retoma sus servicios el primero de abril de 1961. La Coubre se llamará luego, sucesivamente Barbara, Notios Hellas, Agia Marina antes de ser vendido a finales de 1979 por el valor del metal a una empresa española de Gandia (Valencia) que lo demolió.



Articulo de http://www.codondesastre.blogspot.com/
con información  de © Copyright. 1996-2011.
Todos los derechos reservados. (Granma Internacional).
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Información a la prensa: alinaquevedo@yahoo.com




Colografía. Celia I. Alvarez (2010)
Medalla XX aniversario

ETA is a terrorist organization: for "The Guardian"

El respetable periódico británico "The Guardian", debería purgar su extenso libro de estilo.

ETA no es precisamente, con más de 800 muertos y/o afectados, que somos todas las personas decentes de cualquier pueblo de España, una "organización separatista y/o independentista vasca" (separatist vasc organization).

Logotipo de ETA (Sopelana, Bilbo)
Los vascos y vascas somos muy señores.Somos un pueblo muy antiguo. Somos un país pacífico. Somos una nación, según los términos sociológicos.

La pifia de "The Guardian" sale en un pésimo artículo donde daban cuenta de la aparición de "SORTU". Sir/Madam: You should bettter write: "the terrorist organization ETA".

Y si quieren ser más rigurosos también podían explicar lo que significa "ETA" en euskara, euskera, Eukadi, Vascongadas,....).

miércoles, 2 de marzo de 2011

Pasaporte felino

Un imperio de mentiras:la CIA y los medios periodísticos occidentales.

Global Research E-Newslett: crgeditor@yahoo.com, alinaquevedo@yahoo.com
An Empire of Lies: The CIA and the Western Media
By Jonathan Cook

(Una introducción en castellano obsoleta y deleznable.
El escritor y periodista Jonathan Cook, residente en Nazareth, Israel, comenta la publicación por "The Guardian", prestigioso diario británico, beneficiario de WikiLeaks, de lo que ya es sólo una historieta para lectores compulsivos. Los muertos de la guerra de Irak ya son también material de hemeroteca. Daños colaterales. El "refugiado" irakí Rafeed al-Janabi, alias para la Agencia Central de Inteligencia (CIA), "Curbeball", que es una denominación procedente del deporte estrella en EEUU. Y que tal vez viene a ser algo así como "bola jorobada". Pues el "bola" para sus íntimos, aportó datos al parecer fidedignos y objetivos en cuanto a la presencia de laboratorios de armas de extermino en masa en Irak. Específicamente, parece que profundizó en posibles agentes biológicos. El tipo también le fue con el cuento a los servicios de inteligencia alemanes, en busca de la rápida y generosa obtención de la condición de asilado político. Toda una fantasía digna de los expedientes X, aquella serie de los dos brillantes agentes: Scully y Mulder, adscritos al Buró Federal de Investigaciones (FBI) estadounidenses, que buscaban la verdad "ahí fuera", en los casos más peregrinos de la historia de los federales.
Cook razona y elabora en torno al papel de los medios.Y le da un muy buen repaso a "nuestros queridos líderes" globales. ¿Recuerdan aquella fina foto de las Azores?. También es ya historía. De la "Historia Universal de la Infamia" (JLB dixit). Habrán notado que he omitido proferir insultos. Pero si se los pide el body pueden imaginárselos).



Pennington (bastante antes de la guerra de Irak).
P.S.
El respetable "The Guardian", debería purgar su extenso libro de estilo. ETA no es precisamente, con más de 800 muertos y/o afectados, que somos todas las personas decentes de cualquier pueblo de España, una "organización separatista y/o independentista vasca". Los vascos y vascas somos muy señores.Somos un pueblo muy antiguo. Somos un país pacífico. Somos una nación, según los términos sociológicos. La pifia de "The Guardian" sale en un pésimo artículo donde daban cuenta de la aparición de "SORTU". Sir/Madam: You should bettter write: "the terrorist organization ETA". Y si quieren ser más rigurosos podían explicar lo que significa "ETA" en euskara, euskera, Eukadi, Vascongadas,....).



UN IMPERIO DE MENTIRAS: la CIA y los medios occidentales.
Jonathan Cook

Last week the Guardian, Britain’s main liberal newspaper, ran an exclusive report on the belated confessions of an Iraqi exile, Rafeed al-Janabi, codenamed “Curveball” by the CIA.

Eight years ago, Janabi played a key behind-the-scenes role -- if an inadvertent one -- in making possible the US invasion of Iraq.

His testimony bolstered claims by the Bush administration that Iraq’s president, Saddam Hussein, had developed an advanced programme producing weapons of mass destruction.

Curveball’s account included the details of mobile biological weapons trucks presented by Colin Powell, the US Secretary of State, to the United Nations in early 2003. Powell’s apparently compelling case on WMD was used to justify the US attack on Iraq a few weeks later.

Eight years on, Curveball revealed to the Guardian that he had fabricated the story of Saddam’s WMD back in 2000, shortly after his arrival in Germany seeking asylum.

He told the paper he had lied to German intelligence in the hope his testimony might help topple Saddam, though it seems more likely he simply wanted to ensure his asylum case was taken more seriously.

For the careful reader -- and I stress the word careful -- several disturbing facts emerged from the report.

One was that the German authorities had quickly proven his account of Iraq’s WMD to be false.

Both German and British intelligence had travelled to Dubai to meet Bassil Latif, his former boss at Iraq’s Military Industries Commission.

Dr Latif had proven that Curveball’s claims could not be true. The German authorities quickly lost interest in Janabi and he was not interviewed again until late 2002, when it became more pressing for the US to make a convincing case for an attack on Iraq.

Another interesting disclosure was that, despite the vital need to get straight all the facts about

Curveball’s testimony -- given the stakes involved in launching a pre-emptive strike against another sovereign state -- the Americans never bothered to interview Curveball themselves.

A third revelation was that the CIA’s head of operations in Europe, Tyler Drumheller, passed on warnings from German intelligence that they considered Curveball’s testimony to be highly dubious.

The head of the CIA, George Tenet, simply ignored the advice.

With Curveball’s admission in mind, as well as these other facts from the story, we can draw some obvious conclusions -- conclusions confirmed by subsequent developments.

Lacking both grounds in international law and the backing of major allies, the Bush administration desperately needed Janabi’s story about WMD, however discredited it was, to justify its military plans for Iraq.

The White House did not interview Curveball because they knew his account of Saddam’s WMD programme was made up. His story would unravel under scrutiny; better to leave Washington with the option of “plausible deniability”.

Nonetheless, Janabi’s falsified account was vitally useful: for much of the American public, it added a veneer of credibility to the implausible case that Saddam was a danger to the world; it helped fortify wavering allies facing their own doubting publics; and it brought on board Colin Powell, a former general seen as the main voice of reason in the administration.

In other words, Bush’s White House used Curveball to breathe life into its mythological story about Saddam’s threat to world peace.

So how did the Guardian, a bastion of liberal journalism, present its exclusive on the most controversial episode in recent American foreign policy?

Here is its headline: “How US was duped by Iraqi fantasist looking to topple Saddam”.

Did the headline-writer misunderstand the story as written by the paper’s reporters?

No, the headline neatly encapsulated its message.

In the text, we are told Powell's presentation to the UN “revealed that the Bush administration's hawkish decisionmakers had swallowed” Curveball’s account.

At another point, we are told Janabi “pulled off one of the greatest confidence tricks in the history of modern intelligence”. And that: “His critics -- who are many and powerful -- say the cost of his deception is too difficult to estimate.”

In other words, the Guardian assumed, despite all the evidence uncovered in its own research, that Curveball misled the Bush administration into making a disastrous miscalculation.

On this view, the White House was the real victim of Curveball’s lies, not the Iraqi people -- more than a million of whom are dead as a result of the invasion, according to the best available figures, and four million of whom have been forced into exile.

There is nothing exceptional about this example. I chose it because it relates to an event of continuing and momentous significance.

Unfortunately, there is something depressingly familiar about this kind of reporting, even in the West’s main liberal publications.

Contrary to its avowed aim, mainstream journalism invariably diminishes the impact of new events when they threaten powerful elites.

We will examine why in a minute.

But first let us consider what, or who, constitutes “empire” today? Certainly, in its most symbolic form, it can be identified as the US government and its army, comprising the world’s sole superpower.

Traditionally, empires have been defined narrowly, in terms of a strong nation-state that successfully expands its sphere of influence and power to other territories.

Empire’s aim is to make those territories dependent, and then either exploit their resources in the case of poorly developed countries, or, with more developed countries, turn them into new markets for its surplus goods. It is in this latter sense that the American empire has often been able to claim that it is a force for global good, helping to spread freedom and the benefits of consumer culture.

Empire achieves its aims in different ways: through force, such as conquest, when dealing with populations resistant to the theft of their resources; and more subtly through political and economic interference, persuasion and mind-control when it wants to create new markets.

However it works, the aim is to create a sense in the dependent territories that their interests and fates are bound to those of empire.

In our globalised world, the question of who is at the centre of empire is much less clear than it once was.

The US government is today less the heart of empire than its enabler. What were until recently the arms of empire, especially the financial and military industries, have become a transnational imperial elite whose interests are not bound by borders and whose powers largely evade legislative and moral controls.

Israel’s leadership, we should note, as well its elite supporters around the world -- including the Zionist lobbies, the arms manufacturers and Western militaries, and to a degree even the crumbling Arab tyrannies of the Middle East -- are an integral element in that transnational elite.

The imperial elites’ success depends to a large extent on a shared belief among the western public both that “we” need them to secure our livelihoods and security and that at the same time we are really their masters.

Some of the necessary illusions perpetuated by the transnational elites include:

-- That we elect governments whose job is to restrain the corporations;

-- That we, in particular, and the global workforce in general are the chief beneficiaries of the corporations’ wealth creation;

-- That the corporations and the ideology that underpins them, global capitalism, are the only hope for freedom;

-- That consumption is not only an expression of our freedom but also a major source of our happiness;

-- That economic growth can be maintained indefinitely and at no long-term cost to the health of the planet;

-- And that there are groups, called terrorists, who want to destroy this benevolent system of wealth creation and personal improvement.

These assumptions, however fanciful they may appear when subjected to scrutiny, are the ideological bedrock on which the narratives of our societies in the West are constructed and from which ultimately our sense of identity derives.

This ideological system appears to us -- and I am using “we” and “us” to refer to western publics only -- to describe the natural order.

The job of sanctifying these assumptions -- and ensuring they are not scrutinised -- falls to our mainstream media.

Western corporations own the media, and their advertising makes the industry profitable. In this sense, the media cannot fulfil the function of watchdog of power, because in fact it is power.

It is the power of the globalised elite to control and limit the ideological and imaginative horizons of the media’s readers and viewers. It does so to ensure that imperial interests, which are synonymous with those of the corporations, are not threatened.

The Curveball story neatly illustrates the media’s role.

His confession has come too late -- eight years too late, to be precise -- to have any impact on the events that matter. As happens so often with important stories that challenge elite interests, the facts vitally needed to allow western publics to reach informed conclusions were not available when they were needed. In this case, Bush, Cheney and Rumsfeld are gone, as are their neoconservative advisers.

Curveball’s story is now chiefly of interest to historians.

That last point is quite literally true. The Guardian’s revelations were of almost no concern to the US media, the supposed watchdog at the heart of the US empire.

A search of the Lexis Nexis media database shows that Curveball’s admissions featured only in the New York Times, in a brief report on page 7, as well as in a news round-up in the Washington Times.

The dozens of other major US newspapers, including the Washington Post, made no mention of it at all.Instead, the main audience for the story outside the UK was the readers of India’s Hindu newspaper and the Khaleej Times.

But even the Guardian, often regarded as fearless in taking on powerful interests, packaged its report in such a way as to deprive Curveball’s confession of its true value. The facts were bled of their real significance.

The presentation ensured that only the most aware readers would have understood that the US had not been duped by Curveball, but rather that the White House had exploited a “fantasist” -- or desperate exile from a brutal regime, depending on how one looks at it -- for its own illegal and immoral ends.

Why did the Guardian miss the main point in its own exclusive? The reason is that all our mainstream media, however liberal, take as their starting point the idea both that the West’s political culture is inherently benevolent and that it is morally superior to all existing, or conceivable, alternative systems.

In reporting and commentary, this is demonstrated most clearly in the idea that “our” leaders always act in good faith, whereas “their” leaders -- those opposed to empire or its interests -- are driven by base or evil motives.

It is in this way that official enemies, such as Saddam Hussein or Slobodan Milosevic, can be singled out as personifying the crazed or evil dictator -- while other equally rogue regimes such as Saudi Arabia’s are described as “moderate” -- opening the way for their countries to become targets of our own imperial strategies.
States selected for the “embrace” of empire are left with a stark choice: accept our terms of surrender and become an ally; or defy empire and face our wrath.

When the corporate elites trample on other peoples and states to advance their own selfish interests, such as in the invasion of Iraq to control its resources, our dominant media cannot allow its reporting to frame the events honestly. The continuing assumption in liberal commentary about the US attack on Iraq, for example, is that, once no WMD were found, the Bush administration remained to pursue a misguided effort to root out the terrorists, restore law and order, and spread democracy.

For the western media, our leaders make mistakes, they are naïve or even stupid, but they are never bad or evil.

Our media do not call for Bush or Blair to be tried at the Hague as war criminals.

This, of course, does not mean that the western media is Pravda, the propaganda mouthpiece of the old Soviet empire. There are differences.

Dissent is possible, though it must remain within the relatively narrow confines of “reasonable” debate, a spectrum of possible thought that accepts unreservedly the presumption that we are better, more moral, than them.

Similarly, journalists are rarely told -- at least, not directly -- what to write. The media have developed careful selection processes and hierarchies among their editorial staff -- termed “filters” by media critics Ed Herman and Noam Chomsky -- to ensure that dissenting or truly independent journalists do not reach positions of real influence.

There is, in other words, no simple party line. There are competing elites and corporations, and their voices are reflected in the narrow range of what we term commentary and opinion. Rather than being dictated to by party officials, as happened under the Soviet system, our journalists scramble for access, to be admitted into the ante-chambers of power. These privileges make careers but they come at a huge cost to the reporters’ independence.

Nonetheless, the range of what is permissible is slowly expanding -- over the opposition of the elites and our mainstream TV and press. The reason is to be found in the new media, which is gradually eroding the monopoly long enjoyed by the corporate media to control the spread of information and popular ideas.

Wikileaks is so far the most obvious, and impressive, outcome of that trend.

The consequences are already tangible across the Middle East, which has suffered disproportionately under the oppressive rule of empire. The upheavals as Arab publics struggle to shake off their tyrants are also stripping bare some of the illusions the western media have peddled to us. Empire, we have been told, wants democracy and freedom around the globe.

And yet it is caught mute and impassive as the henchmen of empire unleash US-made weapons against their peoples who are demanding western-style freedoms.

An important question is: how will our media respond to this exposure, not just of our politicians’ hypocrisy but also of their own?

They are already trying to co-opt the new media, including Wikileaks, but without real success. They are also starting to allow a wider range of debate, though still heavily constrained, than had been possible before.

The West’s version of glasnost is particularly obvious in the coverage of the problem closest to our hearts here in Palestine.

What Israel terms a delegitimisation campaign is really the opening up -- slightly -- of the media landscape, to allow a little light where until recently darkness reigned.

This is an opportunity and one that we must nurture.

We must demand of the corporate media more honesty; we must shame them by being better-informed than the hacks who recycle official press releases and clamour for access; and we must desert them, as is already happening, for better sources of information.

We have a window. And we must force it open before the elites of empire try to slam it shut.


(This is the text of a talk entitled “Media as a Tool of Empire” delivered to Sabeel, the Ecumenical Liberation Theology Centre, at its eighth international conference in Bethlehem on Friday February 25.)
Jonathan Cook is a writer and journalist based in Nazareth, Israel. His latest books are “Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East” (Pluto Press) and “Disappearing Palestine: Israel's Experiments in Human Despair” (Zed Books). His website is http://www.jkcook.net/.


INFORMACION ADICIONAL
Jonathan Cook es un escritor y periodista asentado en Nazareth, Israel. Las opiniones vertidas en el artículo son responsabilidad del autor. El blog http://www/. codondesastre.blogspot.com no necesariamente comparte todos sus postulados. Ni se hace responsable de posibles errores o inexactitudes.

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lunes, 28 de febrero de 2011

Gato encerrado: un seguroso metido a "periodista independiente"

AHHH. Que pereza da a veces el blogueo a destajo. Pero una tiene su enganche con el asunto. Y si no trolea (término de "El Jueves") por la web le entra el mono. Ésto es un mix mal parit en el que mezclo de todo un poco. Ridículos y casi gilipolladas como el caso del ex presidente Clinton suplicándole a moco tendido al Gadafi que desaparezca.

Comentarios airados de si se le va a aplicar qué se yo que bonito embargo ¡ Le van a dejar de vender armas¡. Lo mejor que podía pasar es que un buen comando del Mossad, que se las traen cuando les da la gana, y saben mucho del asunto, se lo lleven envuelto en la chilaba,con el trapo de la cabeza, el hijo muy pijo educado en Oxford y el resto de la numerosa prole. Es una idea peregrina pero nada descolocada. Tiempo al tiempo.(No cobro del Mossad, por si acaso, pero acepto tratos generosos).

Albricias. Aleluya. Prisa cierra en beneficios, pese al entorno canino. No le dedican, los muy malagradecidos, ni una nota de reconocimiento al descolorido Assange, por la contribución significativa:los 25 metros de información merecen su premio. Al corresponsal  prisoso (y soso) en Kuba, mención especial con suplemento para mojitos y daiquiris, por enfrentarse a las tropas cubanas (tachán). 

Y hablando de premios merecidos, dineros y PRISA, hay un artículo ideal que colgó el "Granma" (es el órgano oficial de Fidel y/o Raúl, pero no ése órgano en el que están pensando sino algo de papel de bagazo de caña) y se les ha quedado, como tanto trash que viaja por la web, por ahí guindando a su aire.

No me pidan que recuerde al perpetrador del mencionado. Se titula algo así como (manda narices) "Yoani Sánchez, la hija de PRISA". Es un cacao de fuertes verdades, meadas fuera del tiesto, algunas verdades obvias y su correspondiente propaganda. Bueno, para eso está el órgano oficial. Sólo lo saco a colación para que Yoani Generacion Y, aproveche el respaldo "granmoso" y reclame su tajada del año (por hija o lo que sea), ahora que PRISA cerró con beneficios en todas sus empresas.
Tropas Especiales. Viva Villa. Para Palmer, Wendy, Pavel, Celia, Maite Echeverria y el resto de los Guardafronteras del aeropuerto de La Havana.
Aquí reproduzco, pirateado directamente limpiamente del órgano oficial de Fidel y/o Raúl, las batallitas de un agente de la seguridad cubana infiltrado en el muy variopinto mundo de la disidencia periodística cubana. Porque resulta que hay muchísimos periodistas, vamos. Hago la salvedad que yo no cobro ni de los unos ni de los otros.Ya quisiera yo, pero no caerá esa breva. El tipo en cuestión (el seguroso salido del armario) es un mulato bastante atlético, más bien esmirriado. Nada de 007 tropical, pero tiene su gracia.

La responsable de la pieza y autora es Deisy Francis Mexidor, a quien sí que le paga "Granma". No necesariamente comparto todo el contenido de su artículo. Mi resúmen codondesastrero es que todos, como quiera que se pongan están a por la pasta.

Y señores, hacen muy bien. Que aquí estamos a dos velas: con la Seguridad Social hecha una pena. Y ZP sigue y sigue que ya no sabe de dónde recortar. Todavía va a ser más rentable irse para Cuba. AH, por allí anduvo Moratinos (o tino) con Raúl de visita amistosa.

"Siempre habrá un Emilio"
Deisy Francis Mexidor  (Granma Internacional)

«Un saludo a la audiencia de Radio República. Desde La Habana les habla Carlos Serpa Maceira, director de la Unión de Periodistas Libres de Cuba…».
La sorpresa ha sido grande: Carlos Serpa Maceira, el «periodista independiente» que más reportes tuvo para los medios anticubanos en el 2009 es, sencillamente, Emilio, agente de la Seguridad del Estado.
Su identidad decidió develarse por los órganos del Ministerio del Interior como una prueba irrefutable de la labor de los grupúsculos de la contrarrevolución en el país, desnudando así a sus principales mentores y al enfermizo propósito de las sucesivas administraciones de Estados Unidos de derrocar a la Revolución Cubana. Para tales fines, dirigen, financian, apoyan, amparan y promueven una «disidencia» sin legitimidad en la Isla.
—¿Dónde naciste?
—Soy matancero, de Cárdenas, de la tierra del líder estudiantil José Antonio Echeverría. Nací un 10 de octubre, el mismo día en que en 1868 se dio el grito de independencia o muerte en el ingenio La Demajagua por el Padre de la Patria, por eso mi nombre es Carlos Manuel.
—¿Pero tienes una afinidad muy especial con la Isla de la Juventud?
Cuando le comunicaron que su verdadera identidad saldría a la luz, pensó que era el mejor regalo para su hija Tita.
—Ahí vivo y nació mi hija que ya tiene 18 años. La Isla de la Juventud forma parte de mi historia y está en mi corazón.
—¿En qué contexto surge Emilio
—Ese es mi seudónimo dentro de la Seguridad del Estado. Así se llamaba mi tío, quien me crió, pensé que llevar su nombre era la mejor forma de honrar su memoria y lo que siempre defendió. El fue combatiente en Playa Girón.
«Emilio, el agente, comenzó a cumplir misiones desde el año 2001».
—¿Con quiénes te vinculaste entonces?
—Con el denominado Comité Pinero pro Derechos Humanos, cuyo presidente era Hubert Rodríguez Tudela, que en la actualidad se encuentra en Estados Unidos; posteriormente paso a la Fundación Isla de Pinos de Derechos Humanos y Fomento Territorial, otro grupúsculo contrarrevolucionario que estaba asentado ahí, y del que me convierto en una especie de «vocero». En esa etapa comencé a dar mis primeros reportes para Radio Martí.
«Luego me vinculé con la Unión de Periodistas y Escritores Cubanos Independientes, una pretendida agencia de prensa de igual perfil a los grupúsculos mencionados, que era dirigida por la ciudadana Fara Armenteros, hoy residente también en EE.UU.».
—¿Cómo es que se produce ese contacto?
—Yo trabajaba como inspector estatal. Fueron algunos elementos contrarrevolucionarios los que se acercaron a mí, situación que comuniqué enseguida a la Seguridad del Estado. A partir de ese instante se decidió que empezara en esta misión.
—¿Cómo llegas a La Habana?
—Debido a la propia complejidad de las tareas que estaba desempeñando, se me orienta el traslado hacia la capital del país.
«Así fue como tuve un mayor contacto con el mundo de la contrarrevolución».
—Desde tu experiencia, ¿qué opinión te merece esta llamada «oposición» o «disidencia» interna?
—La contrarrevolución ha vendido su alma al diablo. Son mercenarios, no son ni patriotas ni tienen convicciones. Están en función de los dólares, de hacer campaña y sacar dinero, y le voy a poner un ejemplo: Jorge Luis García Pérez (Antúnez), a quien le han dado tremenda fama hacia el exterior.
«Supuestamente, él dice que va a convocar una marcha contrarrevolucionaria en cualquier lugar de Cuba y de forma automática le mandan dinero para eso.
«Desde aquí reportan que en la “manifestación” estuvieron 150 ó 200 personas —lo que es incierto porque, cuando ha hecho algo, son él con dos provocadores más—, y ¿qué hace Antúnez con ese dinero? Pues se da la gran vida.
«Están los casos de Martha Beatriz Roque Cabello, que recibe por tonga la plata —y conocemos quién es Martha Beatriz—, de Elizardo Sánchez, de Juan Carlos González Leyva —este último es el secretario ejecutivo del autotitulado Consejo de Relatores de los Derechos Humanos en Cuba.
«González Leyva se ha cogido este problema del mercenarismo como un modo para obtener provechos personales; por ejemplo, a algunas de las mujeres con las cuales ha sostenido relaciones las ha sacado del país mediante el Programa de Refugiados de la SINA. También con el cuento de recargar las tarjetas de teléfono a los presos ha pedido dinero a organizaciones contrarrevolucionarias de Miami y luego mete la mano, se lo roba.
«Está claro que a ninguno de estos llamados disidentes les asiste la moral, lo único que los anima es la ruta del dinero. Y además, buena parte de los que están vinculados a esos grupos han llegado, incluso, hasta a pedir que se recrudezca el bloqueo contra nuestra patria.
«A mí mismo me propusieron un día que iban a administrarme un blog y hasta me dijeron que le pondrían El Guayacán cubano. Con todas las letras me plantearon que querían que fuera similar al de la contrarrevolucionaria Yoani Sánchez para que ganara dinero y pudiera vivir».
—¿Y cómo se supone que funcionaría eso?
—Me explicaron que mediante el blog se le solicitarían donaciones a los seguidores y me enfatizaron «te vamos a administrar el blog El Guayacán cubano, y a los seguidores tú les pides dinero para que puedas vivir».
«Ese blog quien realmente me lo administra es Enrique Blanco, un contrarrevolucionario radicado en Puerto Rico, de Operación Liborio, un proyecto dirigido a financiar desde el exterior a la llamada oposición.
«Él ha colgado informaciones en el blog como si fuese yo, simplemente si no puedo asistir a determinada actividad, en este caso casi siempre relacionada con las damas de blanco, se comunica de manera directa con ellas y redacta el reporte».
—Ya que se menciona el tema de la información, ¿es difícil organizar una campaña mediática contra Cuba?
—No es difícil. En mi caso solo tengo que comunicarme con Radio Martí y enseguida me devuelven la llamada. Yo puedo inventar ahora mismo una noticia y sin confirmar ni verificar nada la lanzan al aire.
«Hace poco fabriqué un ambiente alrededor del juicio a una contrarrevolucionaria. Dije que cuando yo salía de mi casa y pasaba por la sede del Tribunal Provincial Popular de Ciudad de La Habana había visto un gran despliegue de agentes de la Seguridad del Estado y que había podido observar también la presencia allí, aunque ellos no me vieron, de la prensa extranjera…
«Eso lo “adorné” un poco más con elementos como que los agentes de la Seguridad me habían reconocido y me habían introducido en un auto, y que bajo fuertes amenazas me llevaron hacia una unidad policial cercana.
«Cuando llamé a Radio Martí la persona que me atendió al teléfono me aclaró: “Cuando tú dices que te amenazaron tienes que explicar qué amenazas te hicieron”. Le respondí que sí, que no se preocupara y así armé mi noticia.
«Radio Martí no confirma nada. El asunto es denigrar a Cuba por cualquier motivo. Después que transmití eso me plantearon que también colocarían el reporte en los noticieros.
«En las campañas mediáticas contra Cuba el guión siempre viene desde el exterior. Se monta mucho en la mentira, en hacer historias de falsos arrestos, de incidentes donde no los hay, pero que se fabrican».
—¿Cuáles son las organizaciones que generalmente se prestan para amplificar esas campañas en el exterior?
—Con toda seguridad la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y Reporteros Sin Fronteras (RSF). Son dos organizaciones que están prestas las 24 horas del día y los siete días de la semana para fomentar cualquier campaña mediática contra nuestro país.
—¿Cómo funciona el Programa de Refugiados de la SINA?
—El Programa de Refugiados de la Oficina de Intereses tiene el objetivo de demostrar que presuntamente hay un grupo de personas que se van de Cuba por persecución política, y en función de eso es que la mayoría de los elementos contrarrevolucionarios que están aquí hacen su “labor” interna.
«Ante la Sección de Refugiados deben ofrecer pruebas de que son acosados por el Gobierno cubano, inventan “argumentos” para poder obtener una visa.
«La manipulación del término de Refugiado se pone de manifiesto en la cantidad de visas que se otorgan por este concepto cada año; sin embargo, cuando muchos de esos individuos adquieren la residencia en EE.UU. regresan de visita a Cuba sin ser molestados o detenidos por la Policía o la Seguridad del Estado, lo que no pasa con los que sí son refugiados en otros países.
«Durante provocaciones que realizaron las damas de blanco en marzo del 2010, una de esas mujeres, perteneciente al grupo de las damas de apoyo, me dijo desde el primer día: “Serpa, yo necesito que tú me ayudes con unas evidencias porque tengo la entrevista en Refugiados la semana que viene”. Estaba buscando su “aval” político. Persiguen mucho las fotografías donde aparecen en las caminatas, porque el Programa les exige, entre otras cosas, las noticias que salen en Internet y trabajan en base a eso. Óigame, cualquiera de estas mujeres van allí, llevan las fotos… y eso para la SINA es un testimonio fuerte».
—En el soporte a los grupúsculos de la contrarrevolución interna no solo actúa la SINA. ¿Qué hay con otras embajadas?
—Aquí en La Habana hay un selecto grupo de embajadas de la Unión Europea que están apoyando abiertamente a la subversión y puedo mencionar algunos casos.
Carlos Manuel Serpa logró acceder a los más altos jefes de la SINA, entre ellos, Michael Parmly.
«En la representación de Polonia estaba el diplomático Jacek Padee, quien se encontraba a cargo de los asuntos políticos, su presencia era frecuente en actividades de ese tipo.
«Antes de terminar su misión aquí, el señor Padee se encargó de recogerme los videos que yo tomé en varios puntos de aquí de Cuba para la realización de un documental sobre el contrarrevolucionario Orlando Zapata Tamayo. Esos videos los mandó desde su computadora a Pedro Corso, cabecilla del Instituto de la Memoria Histórica contra el Totalitarismo, un grupo radicado en Miami.
«La embajada de Holanda suele abastecer con recursos a la contrarrevolución, específicamente material de oficina; también apoya con el acceso a Internet.
«En la sede de la República Checa brindan suministro en medicamentos a los grupúsculos e incluso, les dan cita allí a los “disidentes” para documentar las “violaciones” de derechos humanos. En esas actividades se destacó el señor Pete Brandel, funcionario de la embajada checa. La representación de Suecia es otra que está metida en este asunto.
«El consejero de la embajada de Alemania, Volker Pellet, estuvo en abierta complicidad en todos estos actos, salió para la calle a apoyar a las damas de blanco en su actividad provocativa.
«O sea, en estos planes de mala fe contra nuestro pueblo y su Revolución, algunas embajadas europeas en La Habana se han prestado al juego sucio.
«En cuanto a cómo funciona la SINA puedo mencionar la actuación que tuvieron dos de sus funcionarios: Kathleen Duffy y Lowell Dale Lawton.
«En uno de los Té literario que suelen hacer las damas de blanco, Laura Pollán, cabecilla de la agrupación, me pidió que tomara un video donde ella está agradeciéndole a la Fundación Nacional Cubano Americana el apoyo que le ha dado al grupo.
«Yo tomé las imágenes y hablé con la Duffy, quien me expresó: “Ya yo pedí autorización a mis jefes”, y desde su computadora personal cogió el video que yo llevaba en una memoria flash; me abrió una cuenta en Youtube a mi nombre y lo colgó.
«Durante lo ocurrido en marzo, Laura Pollán me ordenó que le pasara mensajes a esa funcionaria, porque ella es quien monitorea las supuestas violaciones de los derechos humanos.
«Con Lowell Dale Lawton ha sido otro tanto. Él me solicitó que le hiciera una evaluación sobre las acciones de las damas de blanco, especialmente después del rechazo y las críticas que recibió por los medios de prensa por su participación en esas acciones provocativas.
«Mediante correos electrónicos, Lawton ha recibido fotografías y reportes que él mismo me ha pedido. Justo al día siguiente de la marcha contrarrevolucionaria convocada en Miami por Gloria Estefan yo estuve en la SINA y Lawton fue a buscarme a uno de los centros de Internet que ellos tienen, pues quería hablar conmigo a solas para solicitarme información acerca de lo que había ocurrido el 25 de marzo durante la provocación de ese día. Sin dudas, han manipulado mucho el tema de esas mujeres. En la SINA ellas tienen vía libre.
«Por otra parte, hicieron hasta hoy todas sus provocaciones porque se han sentido protegidas por las fuerzas de la Policía cubana y de los miembros del Ministerio del Interior. Saben que no se permitiría que ocurriera ningún incidente trágico, que es lo que han estado buscando.
«Y los funcionarios de la Oficina de Intereses están al tanto; apoyan la labor subversiva no solo de las damas de blanco sino de todos los grupúsculos.
«Ahora, con la medida del Gobierno cubano de liberar a los presos contrarrevolucionarios, creo que se les está acabando la base para las acciones provocativas. Por tanto, los he visto muy preocupados por tratar de presionar a algunas damas de blanco, entre ellas a Laura, para que no acepten la salida del país, y están desencadenando una campaña de prensa para hacerle ver al mundo que Cuba está practicando un destierro forzoso.
«Ahí ves la contradicción de su propia política contra la Isla, por una parte insisten en que la gente emigre para tratar de demostrar la falta de apoyo a la Revolución, y ahora no quieren que los contrarrevolucionarios que ellos mismos crearon y estimularon lo hagan porque se quedan sin actores para llevar a cabo sus planes subversivos».
—¿Quién es realmente Laura Pollán?
—Laura Pollán fue maestra de profesión. Después que ella se metió en esto de las damas de blanco ha cogido muchas ínfulas de protagonismo y de dinero, incluso ha habido pugnas entre ella y las mujeres del grupo por esa razón.
En plena faena reporteril monitoreado por funcionario de la SINA.
«Es muy amiga de Eulalia San Pedro, conocida por Laly, de la FNCA. Esta Eulalia es la que le envía los fondos, a nombre de la Fundación, para todos los actos provocativos.
«A propósito, cuando yo comencé como “periodista” de las damas de blanco, en mis reportes para Radio Martí y otros medios y sitios de Internet, yo solía mencionar mucho las continuas llamadas que Eulalia le hacía a Laura en todos los Té literario, hasta un día en que la propia Pollán y otra que fue del grupo, Miriam Leyva, me dicen que no hiciera más alusión a ese nombre ni a la FNCA en los reportes, porque esa es una organización terrorista y en cualquier momento estarían saliendo por la Mesa Redonda de la televisión.
«Laura es manipuladora, muy habilidosa y ha estado involucrada en negocios ilícitos. Su nombre figura en la lista VIP de la SINA, eso le da la posibilidad de ser atendida de mañana o de tarde, a la hora que llegue a ese lugar».
—¿Quién sirve de canal para entrar los abastecimientos para la contrarrevolución?
—El canal principal es la Sección de Intereses estadounidense, que sin reparo alguno está violando la Convención de Viena. Me atrevo a asegurar que un 80 por ciento de esos abastecimientos se hace mediante los funcionarios diplomáticos de la SINA.
«Para las damas de blanco han entrado cajas y cajas enviadas desde Miami por el contrarrevolucionario Frank Hernández Trujillo, del grupo de apoyo a la “disidencia”.
«La SINA ha facilitado laptop y otros medios. Es curioso, cuando entregan algo hay que firmar papeles, es como si dieran un medio básico. Tengo entendido que lo hacen para que, en caso de abandono del país, devuelvan lo que no es suyo».
—¿Con qué terroristas son los principales vínculos?
—Además de la FNCA, hay relaciones con Horacio Salvador García Cordero, del llamado Consejo por la Libertad de Cuba. Él trabaja con Luis Zúñiga Rey.
«Otro es Ángel Pablo Polanco Torrejón, que ha estado promoviendo aquí un proyecto contrarrevolucionario que se llama Iniciativa Pro-Cambio, orientado, precisamente por Horacio y Zúñiga».
—¿Sería posible que describieras algunas de las facilidades que reciben los «opositores» que tienen acceso a la SINA?
—Una de las cosas que más llama la atención, en mi criterio, es todo lo que hacen para que esta contrarrevolución salga por Internet. Ellos han habilitado allí tres centros de Internet. Uno arriba, en el Consulado, denominado Eleonor Center, y además, el Lincoln Center y el Benjamín Franklin Center. Los nombran Centro de Recursos Informativos de la Sección de Intereses, dirigidos por la Oficina de Prensa y Cultura de la SINA.
«Allí distribuyen literatura contrarrevolucionaria y por ejemplo, reproducen como 100 ejemplares del periódico The Miami Herald, para distribuirlo entre los contrarrevolucionarios; pero también ponen esas publicaciones a disposición de los que van a trámites migratorios.
«A la SINA la sigo viendo como un “Estado Mayor”, desde donde se dirige táctica y estratégicamente la actividad de la contrarrevolución. Desde esos locales se preparan e instruyen a sus miembros y se les permite también imprimir volantes, declaraciones por cualquier cosa, sacar copias de materiales que después se distribuyen allí mismo, incluso se los hacen llegar a los propios funcionarios».
—Tú, ¿cómo accedes a la SINA?
—Al igual que a otros, me dieron la posibilidad de asistir todos los miércoles, pero cuando me reconocieron como el «periodista» de las damas de blanco, autorizaron también mis entradas los lunes. En ocasiones la SINA me ha permitido que yo entre y haga mis trabajos en ese lugar.
—¿Actualmente posees alguna categoría especial entregada por la Sección de Intereses?
—Estoy visado. El gobierno de Estados Unidos me dio acogida mediante el Programa de Refugiados por mi aval «contrarrevolucionario». Se consideró que yo era un «perseguido» por mi labor como «periodista independiente».
—¿En qué año?
—El 16 de noviembre de 2009. Por cierto, la visa la gestionaron algunas embajadas de la Unión Europea aquí en La Habana, específicamente Ingemar Cederberg, ex ministro consejero de la representación de Suecia.
—¿Cómo se fabrica un «disidente»?
—Yo soy un disidente fabricado. Mi caso es un ejemplo de cómo es posible hacer creer en el exterior que aquí existe una «gran» oposición y proliferación de grupos «anticastristas», como suelen denominarlos.
«Yo puedo inventar ahora mismo una noticia y sin confirmar ni verificar nada la lanzan al aire»
«En este mundillo podrán encontrarme como miembro, directivo, vocero… de agrupaciones casi fantasmas, que rezan en papeles y sin embargo, en el plano interno, el pueblo ni sabe que existen, porque no tienen arraigo y mucho menos seguidores.
«Para ser más explicito: Soy el coordinador nacional del proyecto cívico cultural Julio Tang Texier, financiado desde Miami por el terrorista Ángel de Fana Serrano, de Plantados por la Democracia, y quien ya había cumplido 20 años de prisión en Cuba por actividades terroristas; pero ahora se las quiere dar de pacifista, de supuesto defensor de los “derechos humanos”.
«Soy director de la biblioteca independiente Ernest Heminway; director de la Unión de Periodistas Libres de Cuba —una “organización” que integran otras cinco personas, todas con el marcado interés de abandonar el país. Esa “Unión de Periodistas Libres” la sufragan también desde Miami, en este caso el Directorio Democrático Cubano (DDC).
«Fui representante de la Brigada 2506, mediante la cual recibí teléfono móvil y financiamiento para actos provocativos en nuestra patria, y bueno, soy el corresponsal de la revista Misceláneas de Cuba, que se edita en Suecia y la dirige el contrarrevolucionario Alexis Gaínza.
«Me han denominado vocero y miembro de la junta directiva del llamado Frente Nacional de Resistencia y Desobediencia Cívica en Cuba, cuyo soporte económico proviene del DDC, de Mujeres AntiRepresión (MAR) por Cuba y otras agrupaciones de Miami que integran la autotitulada Asamblea de la Resistencia.
«Por si fuera poco me encargaron ser enlace nacional de los presuntos Gobiernos de Oposición, que dirige desde Puerto Rico Enrique Blanco, el mismo que me administra el blog.
«Así es como se fabrica un “disidente” o un supuesto opositor, que hoy se esconden detrás de la fachada del bibliotecario independiente, del periodista independiente, del defensor de los “derechos humanos”…».
—¿En qué crees que radica la fortaleza de la Revolución Cubana?
—En esa unidad que ha existido entre el pueblo y su Revolución. En esa unidad en torno a nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro y hacia Raúl. Por la fuerza de las ideas que históricamente hemos defendido.
«Alguna vez pensé que si bien no pude ser un combatiente del Ejército Rebelde, o hacer clandestinaje contra Batista, o empuñar un arma contra los mercenarios que desembarcaron por Playa Girón, o ser un miliciano apostado en su trinchera cuando la Crisis de Octubre, o ir a Angola, o Etiopía, la vida me ha dado la oportunidad, desde esta misión, de colocarme en la primera línea en la defensa de nuestro pueblo.
«Sin dudas, hay quienes continúan subestimándonos, pero existe una cuestión clarísima: los Órganos de la Seguridad cubana han estado, están y estarán presentes en el lugar y en el momento propicio. Los enemigos de la Revolución, de dentro y de fuera, no acaban de entender las lecciones, porque siempre, donde menos lo esperen, habrá un Emilio».
El regalo para mi hija Tita
Desde que comencé este trabajo he perdido muchas amistades, por eso cuando me comunicaron que mi identidad saldría a la luz me puse por un lado muy contento, porque es el regalo para mi hija Tita. Sabrá que su padre no es un traidor.
En una ocasión —siendo ella más pequeña—- fue a verme a la casa un contrarrevolucionario y a la niña se le ocurrió escribir un cartel con tiza en el portal que decía: «Libertad para los Cinco Héroes». Me acuerdo que este personaje me comentó: «Ven acá, ¿pero eso es lo que tú le estás enseñando a tu hija?».
También mis amigos sabrán que yo nunca he cambiado de bando, pero por otro lado lamento que se devele quién soy, porque realmente en mi trabajo escalé a posiciones importantes dentro de la contrarrevolución y podría seguir siendo.