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viernes, 11 de julio de 2014

Otro San Fermín

A la agitada fiesta de toros y borrachos exaltados, se contrapone el día dedicado a los niños pamploneses, el encierro txiqui, con su componente religiosa de ofrendas de flores al santo. Niños sanfermineros acompañados de familiares orgullosos, juegos, cánticos y el chocolate del desayuno. Es una celebración que se escapa a los pobladores de los campings para quienes Pamplona, los navarros y hasta los toros de casta es lo de menos. (El balance de heridos resultó benigno, magullados, y los de los días anteriores evolucionan bien. El santo tiende su capote protector y el del resto se ocupan los sanitarios. Y una especial mención a los equipos de limpieza que convierten el desbarajuste nocturno en una ciudad impecable y bien oliente.

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