Ernesto Guevara de la Serna, alias Ché, perseguido por un niño, y en una instantánea. |
Luego desapareció. Y todos nos quedamos entre tristes y mosqueados. Circularon muchísimas teorías. Se dijo de todo. Finalmente se supo que andaba por África. Allí fracasó en su intención de convertir en combatientes a un equipo de hombres más adictos al alcohol y el fornicio que a las teorías de Lénin. Estuvo en Árgel. Luego recaló en Praga. A veces transigió en que lo visitara Aleida, su mujer. Y finalmente, después de un entrenamiento en Pinar del Río, vino Bolivia. La CIA iba a por él. Y el sitio que escogieron para su cruzada, propició la tragedia. Lo asesinaron herido y maltrecho. Nunca se rindió. Escribió varios diarios y multiples artículos. Mientras estuvo en Praga, recluido en un "piso franco" y con escolta cubana, seguro que también escribió algo. Pero sus notas de Praga nunca han aparecido. En 1987, tras un enorme esfuerzo, Cuba recuperó sus restos. Hoy el Ché, su memoria, es objeto de un marketing desaforado. Es como la CocaCola revolucionaria. Todo lo contrario de lo que él quería. En fin, que la eternidad lo ha alcanzado de forma muy ordinaria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario