Bueno, la familia Obama ha dado una lección de relaciones públicas, saber estar y cordialidad. Las niñas, con sus zapatillas y calzado plano, pues marcaron elegancia y comodidad. ¿Cómo iban a callejear por La Habana Vieja encaramadas en unos "Manolos". El Presidente Obama y Michelle como mínimo hicieron lo que pudieron. Y el Presidente Raúl puso al pueblo cubano como se merece: destacó su valor ante un ataque como el de Playa Girón, los numerosos intentos de atentados y las carestías de todo tipo, al desaparecer la Unión Soviética.
Cuba y Estados Unidos pueden y deben colaborar en la protección de especies frágiles, que comparten en el Estrecho de la Florida. Por ejemplo, el coral negro, las tortugas, y los delfines.
Cuba tiene un Instituto de Enfermedades Tropicales, con experiencia demostrable en dengue.
Podrán pensar que deliro, pero también hay espacio para unirnos en la lucha contra el narcotráfico y todo lo que genera. Cuba quiere fomentar un turismo limpio, en el que las familias sepan que sus hijos están seguros. Y un aspecto importante es la protección frente a grandes desastres, como los huracanes.
Respecto a los/as disidentes, o a aquellos cubanos francamente opuestos al Gobierno, se me ocurre que lo mejor es abrir espacios de opinión, de participación, pero dando por sentado que Cuba es una nación soberana, a la que nadie tiene que darle lecciones de democracia. Se lo ha ganado con sangre.
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