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jueves, 16 de octubre de 2014

España quiere la ONU

Candidatos al Consejo de Seguridad de ONU, posturas y proyeccionesPDFPrintE-mail
  
Por Waldo Mendiluza


En la región Europa Occidental pugnan España, Turquía y Nueva Zelanda por  ocupar dos plazas en el cuestionado Consejo de Seguridad de la ONU, respecto al cual es casi unánime el reclamo de reforma, en aras de hacerlo más democrático, representativo y transparente.

Madrid lanzó su candidatura en 2005 para ocupar un puesto por quinta vez en su historia, después de las gestiones de 1969-1970, 1981-1982, 1993-1994 y 2003-2004.

Entre sus cartas de presentación, el Reino de España aseveró que sus experiencias en diplomacia preventiva y diálogo inter-cultural e inter-religioso serían de utilidad en la labor del Consejo.

Además garantizó su preocupación por mejorar los métodos de trabajo del ente a cargo de la paz y la seguridad, con el objetivo de que los diferentes países y organizaciones regionales sean tenidos en cuenta.


CaracasNaciones Unidas, 16 oct (PL)

 Los seis países que aspiran hoy a recibir el respaldo de la Asamblea General de la ONU para incorporarse al Consejo de Seguridad como miembros no permanentes presentaron desde hace años su candidatura y posiciones sobre política internacional.
Este año se renuevan cinco plazas, que dejarán vacantes el próximo 31 de diciembre Argentina, Ruanda, Sudcorea, Australia y Luxemburgo.

Por América Latina y el Caribe, Venezuela obtuvo el apoyo regional para ocupar por quinta vez en su historia (1962-1963, 1977-1978, 1986-1987 y 1992-1993) un escaño en el órgano de 15 miembros.

En un resumen de las posturas de los pretendientes, circulado aquí, se señala que Caracas anunció su candidatura en 2007, y adelantó que de resultar electa, compartirá sus experiencias en materia de cooperación internacional.

La nación sudamericana acogió en diciembre de 2011 la cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, lanzó en 2005 la iniciativa de solidaridad energética Petrocaribe y participó junto a Cuba en 2004 en el establecimiento del bloque integracionista Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.

Además, garantizó sus esfuerzos para luchar por un planeta libre de armas de exterminio en masa y del flagelo del terrorismo, y comprometido con el multilateralismo, la solución pacífica de las disputas y el análisis de los conflictos desde las raíces que los propician.

Por su parte, Angola cuenta con el visto bueno de la Unión Africana para llegar por segunda vez al Consejo de Seguridad (2003-2004).

Luanda manifestó su voluntad de contribuir con la paz y la estabilidad de la compleja región de los Grandes Lagos, en la que encabeza actualmente su Conferencia Internacional.

En la agenda del Consejo son recurrentes los debates sobre esa área geográfica, marcada por crisis y conflictos, como el que sigue azotando a la República Democrática del Congo.

Asimismo, Angola expuso su interés en identificar las causas de los choques armados y en potenciar desde el órgano de 15 miembros la prevención de los mismos.

De acuerdo con el país africano, su asiento no permanente también lo utilizaría para promover la reconciliación y el combate al crimen transnacional.

En el caso de Malasia, anunció sus aspiraciones en 2001 y alcanzó el apoyo del Grupo Asia-Pacífico para integrar el Consejo por cuarta ocasión (1965, 1989-1990 y 1999-2000).

Kuala Lumpur declaró entre sus prioridades la defensa de la mujer, la paz y los niños, sobre todo los afectados por conflictos.

Desde su visión de país multi-cultural, multi-racial y multi-religioso expresó que impulsaría la moderación como herramienta de coexistencia pacífica y unidad global.

Venezuela, Angola y Malasia no deben tener problemas para convertirse en uno de los 10 miembros no permanentes del Consejo de Seguridad, con mandato entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de diciembre de 2016, aunque de todas maneras necesitan al menos dos tercios de los votos de los integrantes de la ONU (193) presentes en el momento del sufragio.

Por la región Europa Occidental  pugnan España, Turquía y Nueva Zelanda por hacerse con dos plazas en el cuestionado órgano, respecto al cual es casi unánime el reclamo de reforma, en aras de hacerlo más democrático, representativo y transparente.

Madrid lanzó su candidatura en 2005 para ocupar un puesto por quinta vez en su historia, después de las gestiones de 1969-1970, 1981-1982, 1993-1994 y 2003-2004.

Entre sus cartas de presentación, el país ibérico aseveró que sus experiencias en diplomacia preventiva y diálogo inter-cultural e inter-religioso serían de utilidad en la labor del Consejo.

Además garantizó su preocupación por mejorar los métodos de trabajo del ente a cargo de la paz y la seguridad, con el objetivo de que los diferentes países y organizaciones regionales sean tenidos en cuenta.

Turquía anunció sus pretensiones hace tres años, y de conseguir un asiento no permanente lo haría por quinta ocasión (1951-1952, 1954-1955, 1961 y 2009-2010).

Según Ankara, su ubicación geográfica transcontinental (Europa y Asia, así como cerca de África y del convulso Oriente Medio) representaría una ventaja para respaldar a la ONU en sus objetivos.

La campaña turca se centró en sus vínculos con diversos mecanismos regionales y subregionales y en el combate al terrorismo, un flagelo que golpea a su entorno.

Sin embargo, analistas llamaron la atención de que sus aspiraciones pudieran afectarse por las críticas a la postura pasiva asumida frente al avance de los fundamentalistas del Estado Islámico, en particular el asedio a la ciudad siria de Ain al Arab, de mayoría kurda, y cercana a unos pocos kilómetros de Turquía.

En el caso de Nueva Zelanda, lanzó su carrera hacia el Consejo de Seguridad en 2004, y de lograrlo llegaría por cuarta vez (1954-1955, 1966 y 1993-1994).

Wellington obtuvo el apoyo del Foro de las Islas del Pacífico y confía en su argumento de que al no tener intereses en los conflictos principales del planeta, estaría en condiciones de actuar como un mediador honesto.

tgj/wmr

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