MADRID.—El gobierno español dio asistencia policial a la dictadura del general argentino Jorge Videla (1976-1981) además de dar apoyo económico, coordinar acciones internacionales e intercambiar distinciones militares.
De acuerdo con nuevos materiales difundidos por el diario Público el miércoles, el gobierno de Adolfo Suárez autorizó a utilizar armas a funcionarios argentinos, quienes montaron un servicio de espionaje con sede en la embajada de Madrid y los consulados de Barcelona, Bilbao y Cádiz.
En la red participaron funcionarios de las representaciones en España y militares enviados bajo la excusa de realizar cursos de formación en instalaciones del ejército y la marina española, aseguró en su investigación el periodista Danilo Albín.
De acuerdo con el reporte, uno de los primeros en cumplir esas funciones fue el teniente coronel Antonio Deimundo Piñeiro, quien durante el curso 1976-1977 asistió a la escuela del Estado Mayor del Ejército en Madrid.
Piñeiro, quien tenía autorización del Gobierno español para portar un revólver Colt calibre 38, coordinó a su regreso a Argentina la represión en la provincia de Misiones, en el norte del país.
De acuerdo con los listados oficiales, afirma Público, 33 militares argentinos pasaron por dependencias militares españolas de 1976 a 1983, siete de ellos en un curso de Estado Mayor de la Escuela Superior del Ejército y otros en la Escuela de Guerra Naval.
Entre estos últimos figuraba el marino Carlos Pazo, uno de los torturadores del campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los principales centros de exterminio.
Otros torturadores que cursaron estudios en España fueron identificados como el teniente Néstor Savio y Ricardo Araujo, acusado luego por haber formado parte del plan ilegal para secuestrar, torturar, asesinar y propiciar la desaparición de personas.
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