Roni, el sucio.

Este hombre sonriente, atildado, guapo es Roni Kaplan. Es el Capitán portavoz del ejército israelí. El tipo que me amargó la mañana. Tengo que reconocer que es culpa mía. Y excusen que cuente batallitas. Para empezar no he dormido con el tal Roni, faltaría más. Tenía que ir a Endesa, para terminar de ajustar el voltaje (y mortificar un poco a una empleada autista a la que pongo al borde de un ataque de nervios, cada vez que aparezco por allí y hago de traductora espontánea y gratuita de los /as paquistaníes angloparlantes que claro que no se enteran). Bueno. A lo que iba. Cometo el craso error de conectar la radio. Y es entonces que escucho al Capitán Roni Kaplan, hablando en porteño cerrado, con un acentazo que ni que estuviera en la calle Maipú. En Corrientes 348. En mi Buenos Aires querido. Habla en porteño cerrado, en lunfardo, y este hombre tiene el cinismo, boludo él, de defender las masacres perpetradas por las fuerzas armadas de Israel contra niños indefensos en un territorio ocupado. Equipara la chatarra de los palestinos deseperados con la alta tecnología de Israel. Afirma que Hamas usa a sus civiles como escudos humanos. Y luego la guinda, que no reproduzco, con una referencia a los alemanes muertos y los británicos muertos durante la Segunda Guerra Mundial. La verdad es que siento un enorme respeto y admiración por la cultura de Israel, que es también nuestra. Deploro la muerte de la gente de Israel. De sus civiles y de sus soldados, muchos muy jóvenes. Pero a este oficial, que no caballero, ha ofendido, con su arrogancia orillera de matón uniformado, hasta la dignidad de sus propios combatientes. Yo que la comandancia lo ceso. Perjudica la imagen de Israel.  Menudo Martín Fierro tienen. Que te den por el orto, machote.
(Orillero es un término arcaico. Una antigualla de Macedonio Fernández, de Borges, Bioy.)