Los datos que aporto no me han sido facilitados precisamente por amigos o autoridades del sistema sanitario cubano (cuentan con unos 535,000 empleados en el sector de la salud), en algunos de mis viajes para visitar a mi señora madre, a su fea perra y el resto de la "tropa": la católica y apostólica Mercedes y el coronel Palmer al mando. Muy lejos de eso, se tratan de datos que incluye Donald G. McNeil en un reportaje publicado por la sección de ciencia del New York Times.
Cuba tiene una de las tasas de infección por HIV más bajas del mundo del 0,1 a la par por ejemplo con Finlandia. El número de casos detectados se cifra en 14.038. McNeil resalta que siendo la población de toda la isla, ligeramente superior a la de Nueva York en Cuba han muerto en tres décadas de epidemia 2.364 personas, mientras que en Nueva York el número de fallecidos es de 78.763 .
Al notable éxito, reconocido por los expertos de organismos internacionales fiables ha contribuido la existencia de un sistema sanitario gratuito, con asistencia universal a los ciudadanos, dentro del que se propicia un altísimo número de pruebas de detección del HIV voluntarias, la distribución gratuita de condones, especialmente en grupos de riesgo como las prostitutas y chaperos (jineteras en el argot popular) que dicho sea de paso buscan su negocio preferentemente entre visitantes europeos y canadienses, de esos que van a la isla por turismo sexual. A estas medidas se suman programas de educación sexual para los jovenes y estudiantes. Y medicamentos de primera calidad grátis.
La lucha de Cuba es aún más meritoria si se tiene en cuenta que mientras en otros territorios se detecta una sola variedad del vírus (los virus mutan y hay distintas cepas, lo que hace más difícil el tratamiento), en Cuba, como resultado de los contactos con África en los años 60, existen hasta 21 variedades.
Hay una anécdota que los médicos cubanos citan con gusto: Fidel Castro en 1983 asistió a una conferencia sobre dengue y malaria en el Instituto Pedro Kourí de medicina tropical. Al terminar las ponencias se dirigió a Gustavo Kourí, director del centro, y le dijo: "Gustavo, que sabes de eso del SIDA". Y Kourí le respondió: "Nada Comandante, no sabemos si es un virus o una bacteria ni hay datos en ninguna parte".
Fidel se quedó un momento callado y a continuación le dijo: "Eso va a ser la epidemia del siglo. Y tú tienes la responsabilidad de que no se convierta en un problema mayor para nosotros".
A ver si otros países ricos y poderosos, con sus recortes en salud, no desatan verdaderas tragedias.
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