Muy solemne. Sin contraer un músculo facial (y también algo envarado), el presidente de los Estados Unidos Barak Obama no dudó en dirigirse a la nación bien entrada la noche.
Estaba más que justificado.
Los esfuerzos combinados de distintas agencias de inteligencia estadounidenses, entre ellas la CIA y las militares y de seguridad, habían logrado, después de 10 años, localizar el paradero exacto del enemigo número 1 de América.
Nada de cuevas o escondites subterráneos. Osama bin Laden habitaba en una mansión fortaleza en un barrio exclusivo.
En 40 minutos un comando de élite logró penetrar el recinto fortificado desde un helicóptero y liquidar a todos los ocupantes que allí se encontraban.
Un vecino chismoso se percató de tan inusual presencia aérea escuchó las detonaciones y empezó a "tuitiar" lo que en un principio le resultó muy divertido.
Hubo resistencia pero Osama bin Laden cayó muerto de un tiro en la cabeza. No sufrió.
Se dice que su cuerpo fue arrojado al mar, en contra del rito funerario islámico.
"Se ha hecho justicia", resumió el presidente Barak Obama.
Con esa especial manía que tengo de ir a los lugares menos indicados en momentos nada propicios, el 11/S yo estaba en Gastonia, Carolina del Norte.
Cerca de 2 centrales nucleares, de un importante enclave militar y para más inri, a medio camino de Charlotte.
Cuando el 11/S todos en Estados Unidos derramamos lágrimas de rabia, ondeamos banderas, salimos a la calle gritando consignas espontáneas, muchos rezaron. Por primera vez Estados Unidos conocía la guerra en su suelo.
Toda América reaccionó con gran valor. Éramos una piña.
No dejamos de asistir a clases. Ni siquiera el día de los ataques se interrupieron las actividades docentes. Seguimos adelante. Había que hacerlo. Junto al heroismo de los bomberos y policías de NY, lo nuestro era el día a día.
Nuestra prioridad era proteger a los alumnos. Existía un plan de evacuación.
Recuerdo con especial admiración a dos de los más gamberros de mis clases, dos demonios que ponían a prueba mi paciencia.
Dos raperos de pro, callejeros y duros.
Tan listos que en medio del caos del momento urdieron unos chistes guarros contra a Osama bin Laden que no puedo reproducir aquí por lo mojigata que se ha vuelto la red.
Se les ocurrió vender unas camisetas en las que Osama aparecía como "camello". Arrasaron con ellas.
En America hoy es casi festivo.
Tal vez sea un buen momento para empezar el camino de la paz. (Aunque muerto el perro no se acabó la rabia).
Presidente Obama do the right thing. Stop the wars. Bring our soldiers back. Yes you can. You have a dream.
God bless you.
God bless America.
No hay comentarios:
Publicar un comentario