La normalización será un proceso largo y complejo. El encuentro de este viernes entre las personas que tienen que materializar los acuerdos de los presidentes, girará sobre temas más específicos y tiene un objetivo mucho más claro: abrir el camino que permitirá izar las banderas de las misiones diplomáticas en La Habana y Washington.
Uno de los puntos claves es la injusta inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional que elabora el Departamento de Estado.
Kornbluh estudioso y autor de un importante libro sobre el asunto, cree que a ese error no le queda mucho tiempo y apuesta porque Estados Unidos se moverá para revertirlo antes de la Cumbre de las Américas a comienzos de abril.
Primero —apuntó— no tiene ningún sentido avanzar en un diálogo sobre relaciones diplomáticas con un país que afirma que uno apoya el terrorismo.
Pero lo más importante, añadió, es que es una mentira y un insulto a Cuba. “Obama y su equipo saben eso”.
La situación bancaria de la misión cubana en Washington es otro tema espinoso y está en las manos del Ejecutivo norteamericano encontrar una solución para garantizarle ese servicio vital.
La situación bancaria de la misión cubana en Washington es otro tema espinoso y está en las manos del Ejecutivo norteamericano encontrar una solución para garantizarle ese servicio vital.
Cómo funcionarán esas futuras sedes diplomáticas, dado el historial de injerencias de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, es otro tema que causa preocupación.
Granma le preguntó a Wayne Smith cómo se imaginaba la nueva embajada junto al Malecón. El joven que estuvo junto a Philip W. Bonsal, el último embajador norteamericano en La Habana y que luego fue jefe de esa sección entre 1979 y 1982, respondió que sería muy distinta a la de antes.
Aquella embajada, dijo en referencia a la de inicios de la Revolución, no quería dialogar ni lograr entendimientos sobre nada y eso ahora es distinto, sostuvo.
Pero la gran preocupación de muchos es hasta qué punto son irreversibles los pasos que se han dado hasta ahora.
Para Leogrande, mientras mayor sea el éxito de la política, menos probable es que el próximo presidente o cualquier otra persona intente revertirla.
Para Leogrande, mientras mayor sea el éxito de la política, menos probable es que el próximo presidente o cualquier otra persona intente revertirla.
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