Después de San Jordi: Un arroz de montaña en "País de Vent"
La verdad es que, como mis visitantes saben, no acostumbro a contar batallitas personales, que poco o nada merecen la atención ni la generosidad de los/as que pasan por aquí. Pero hoy voy a hacer una excepción: les contaré algo de mi vida. Ayer era San Jordi, una fiesta catalana caracterizada por el intercambio de rosas rojas y libros. La noche anterior participé en un sarao de la Biblioteca en homenaje a nuestros heroicos escritores locales, editores, y lectores. Bendigo mi biblioteca figuerense, estimo mucho a sus bibliotecarias/os, que con la amable dirección de Nati, nos hacen la vida más dulce a los/as adictos compulsivos y empedernidos a la lectura. A los y las letraferidos de pro. La víspera de San Jordi celebrada por segunda ocasión en la biblio estuvo tan bien y amena que salí con el tacón vacilante: el cava con los canapés, entraba de fábula. Y bueno, entre una cosa y otra brindamos repetidamente entre libros Magda, Nuri, Trinidad, Nati, María Luisa, la alcaldesa, los autores, algún editor de esos que resisten, en fin, alzamos copas por San Jordi, por los escritores de muy diverso pelaje que no cesan de producir, por CAT y por todos los que allí nos encontrábamos. Al día siguiente, como ya les mencioné, tocaba regalar libros y/o rosas. Todo el día una fiesta en la ciudad.
Pero todo lo bueno termina, y miren por donde, llega el jueves y me quedan como que ganas de seguir la fiesta. Y así es como aprovecho para regalarme un arroz de montaña en "País de Vent". Vamos que me hice un regalo gastronómico como uno se merece de vez en cuando. No para alimentarse, más bien para disfrutar. Nada de paliar con la tripa algún trauma infantil. Hay cosas muy asequibles que lo hacen disfrutar a uno/a como supongo que gozan los potentados.
Pero el presente reportaje es malo por necesidad: por carencia de información, ya que Neus, la autora del platillo que disfruté en su bar, se negó en redondo a descubrirme el secreto, "su" manera de interpretar la receta que les recomiendo encarecidamente. Pero una es tan curiosa como ella discreta, así que les apuntaré algunos matices que no figuran en la receta de Albert Vila:
- Neus Munill para su "arroz de montaña", prefiere arroz "bomba" (ojo, sin interpretaciones retorcidas).
- El platillo se ha de ejecutar ración a ración, es decir, se prepara al momento. Cualquier "recalentamiento" es una herejía. En "País de Vent", sale en unos diez o quince minutos.
- Se trata de una combinación de productos de la montaña. Nada de poner gambas, pescado. No es una paella. La sensación es más ligera.
-A Neus le gusta poner farigola, recogida en el campo. Y se deja matar antes de revelar su "zona de operaciones". Añade otros condimentos naturales, sus hierbas, que son un toque de la casa.
- Se ahorra el ajo, que a veces ofende el olfato de algunas culturas.
- Las setas que emplea son de mercado, no de bote. En Cataluña las hay muy buenas.
Es lo mejoer que he podido conseguir para describirles un platillo tan bueno.
Ah, "País de Vent" figura en Facebook. Pero Neus tampoco cuenta allí lo que hace en su cocina. Yo cuento lo poco que he averiguado.
Pero el presente reportaje es malo por necesidad: por carencia de información, ya que Neus, la autora del platillo que disfruté en su bar, se negó en redondo a descubrirme el secreto, "su" manera de interpretar la receta que les recomiendo encarecidamente. Pero una es tan curiosa como ella discreta, así que les apuntaré algunos matices que no figuran en la receta de Albert Vila:
- Neus Munill para su "arroz de montaña", prefiere arroz "bomba" (ojo, sin interpretaciones retorcidas).
- El platillo se ha de ejecutar ración a ración, es decir, se prepara al momento. Cualquier "recalentamiento" es una herejía. En "País de Vent", sale en unos diez o quince minutos.
- Se trata de una combinación de productos de la montaña. Nada de poner gambas, pescado. No es una paella. La sensación es más ligera.
-A Neus le gusta poner farigola, recogida en el campo. Y se deja matar antes de revelar su "zona de operaciones". Añade otros condimentos naturales, sus hierbas, que son un toque de la casa.
- Se ahorra el ajo, que a veces ofende el olfato de algunas culturas.
- Las setas que emplea son de mercado, no de bote. En Cataluña las hay muy buenas.
Es lo mejoer que he podido conseguir para describirles un platillo tan bueno.
Ah, "País de Vent" figura en Facebook. Pero Neus tampoco cuenta allí lo que hace en su cocina. Yo cuento lo poco que he averiguado.
Ingredientes:
- 400 g - Arroz
- ½ - Conejo troceado
- 200 g - Costilla de cerdo troceada pequeña (Al gusto)
- 2 - Cebollas picadas (Al gusto)
- 2 dientes - Ajo picado (Al gusto)
- 2 - Tomates maduros rallados (NO)
- 100 g - Guisantes
- 1 ¼ l - Agua
- Sal
- Aceite (De oliva)
Introducción:
Este plato es más conocido como arroz a la cazuela.
Preparación:
Vierta un poco de aceite en una cazuela donde salteará el conejo y la costilla de cerdo hasta que queden bien dorados. Retírelo.
En el mismo aceite, prepare el sofrito con la cebolla, el ajo y el tomate.
Cuando el sofrito esté bien oscuro, reincorpore la carne y remuévalo. Añada el arroz y remueva un par de minutos. Vierta el agua hirviendo.
Al cabo de un momento, añada los guisantes y la majada diluida con un poco del caldo de la cocción.
Deje hervir 15 minutos aproximadamente.
Si a mitad de cocción observa que falta agua, añádala siempre hirviendo.
Variaciones:
Puede añadir al sofrito pimiento verde o pimiento rojo. (NO)
Puede añadir al sofrito unas gotas de coñac.(NO)
Algunas variantes incorporan otras verduras: judías verdes, alcachofas, pimiento rojo, etc.
Se puede añadir algún tipo de setas (rebozuelos, negrillas...).
Se puede añadir pollo o sustituir el conejo por pollo. (SI))
Además, o en lugar de la costilla de cerdo, se puede poner la parte del costillar o salchichas. (EMBUTIDOS BUENOS)
Se puede añadir panceta y jamón.(NO)
No hay comentarios:
Publicar un comentario