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jueves, 16 de enero de 2014

Patricio de la Guardia a tiro.


Patricio de la Guardia Font de cerca.

 
Enero en La Habana suele ser un mes benigno. No significa invierno pero  resulta fresco y soportable, cuando se compara con el calor caribeño que reina el resto del año. Aquel ocho del primer mes me resultó especial: mí entrevista con Patricio de la Guardia Font (La Habana, 1939) coincidió con la celebración del 89 cumpleaños de mi madre. Así que salimos de su casa antes de las diez de la mañana para estar de regreso a tiempo en la comida de fiesta. Patricio de la Guardia tiene su residencia y estudio en la que fuera la casa de sus padres, en el mismo municipio habanero Playa, donde vivían los míos. Acudí a la cita acompañada por José Álvarez, miembro fundador del Ministerio de Interior cubano, desde 1959, conocido como “Palmer”. Entre sus numerosas misiones dentro y fuera de Cuba, tuvo bajo su responsabilidad la seguridad del conflictivo aeropuerto habanero “José Martí”. Como medio de transporte utilizábamos el vetusto “Lada” azul que había pertenecido a mi padre. Un coche resistente a inundaciones y capaz de superar con garbo torero los cráteres de muchas vías habaneras.

En casa de Patricio nos recibió una mujer cordial a la que Palmer preguntó por “el artista”. Y no tuvimos que esperar mucho cuando descendió por una escalera lateral al vestíbulo un hombre alto, casi calvo, esbelto,  y de complexión fibrosa. Bronceado y sonriente, nos saludó y  no puso trabas para que yo curioseara a mis anchas tanto sus obras como la galería de fotos y recuerdos personales. No llegué a inspeccionar los cajones de los muebles pero faltó poco. Miro todo, disfruto con los cuadros y pienso todo lo que él ha puesto de su vida en lo que observo. Allí están sus sueños. Las fatigas de días de guerra. La sensibilidad a flor de piel. Esa combinación de hombre de armas, duro pero culto e inteligente.

 


 

Natalia Bolívar y Patricio de la Guardia, durante la inauguración de la exposición Entre amigos, en La Habana. / Natacha del Río, (Foto de un artículo de "El País")


La leyenda de Patricio La Guardia como combatiente estimula a no pocos a coleccionar su obra pictórica. Alguien que es parte indisoluble de la historia reciente de Cuba interesa hasta por motivos más cercanos al morbo que al disfrute del arte.

Hay obras suyas en Florida y Texas y otros Estados.






 





 
 





 



Mientras, él y Palmer se olvidaron de mi presencia dándose a rescatar  viejos tiempos y aventuras compartidas. Pude escucharlos aunque más bien cuchicheaban por lo bajo. Patricio se interesaba por la situación de algún amigo común, y Palmer lo ponía al día. De vez en cuando soltaban comentarios jocosos y mordaces sobre vivos y muertos. No voy.
voy a contarles esas historias, al menos hoy.

Pero aquel guerrero tan curtido ha dejado de lado los triunfos y derrotas de una vida al borde del abismo, para disfrutar de su condición de creador. Y es que Patricio La Guardia, despojado de la leyenda de oficial al frente de la unidad de élite del ejército cubano, “Tropas Especiales”, es  sin duda un sólido pintor.
Con paisajes que recuerdan algo el asombro de los primeros “descubridores” del entorno natural cubano. En otros refleja sus experiencias viajeras, como en aquellos lienzos en que es África, sus sabanas, su luz, su fauna, el asunto dominante. Pero a veces su paleta se vuelve críptica, como de expresionista abstracto, como en una composición en ocres y negro que lo mismo representa al Che que a un Cristo doliente. Para los desnudos femeninos Patricio de la Guardia reserva el trazo limpio de un dibujante delicado, sensual y amoroso. Un hombre que ama a las mujeres y al que ellas han amado.

 Interrumpo la animada charla entre camaradas de armas muy cotillas. “Yo comí muy a gusto de vuestro rancho cuando lo del Consulado de Perú, en la calle 36. Fue divertido. Había en casa un destacamento de hombres y mujeres armados y no se escuchaba ni una pisada”. Patricio sonríe con ganas y empezamos a hablar de su forma de vivir el arte.

 Es autodidacta, pero empezó a pintar muy pronto. “Era algo que me nacía”, explica. Tanto él como su hermano Tony cursaron el bachillerato en Estados Unidos. Antes de conocer la obra de Patricio había  tenido la oportunidad de apreciar la de su hermano Tony. Ambos dotados de gran talento, aunque con distintos estilos y diferentes formas de expresión. Tony acusaba la influencia de Picasso. Recuerdo unas cabras juguetonas y cierta tendencia naife.

 “Mis temas favoritos son los paisajes. En cuanto a técnicas para  su plasmación uso tanto acrílico como óleo. Su pintor favorito es Jackson Pollock, estadounidense, representante del expresionismo abstracto, cuya obra se encuentra hasta en el MOMA. Pero no olvida a los cubanos más conocidos (él nombra a Lam, Portocarrero, Amelia, y Mariano). De los cubanos contemporáneos suyos se queda, por encima de cualquier otro, con Pedro Pablo Oliva. Algo en lo que coincidimos ya que Oliva es un mago, creador de mundos fantásticos que, gracias a su maestría técnica expresan su imaginación desbordante.

Patricio prefiere trabajar con las primeras luces, ya que en el Trópico el calor agota. “Me dedico a pintar entre las ocho y media y las once y media”, dic. Mientras, yo me he quedado prendada de un lienzo en el que aparece un elefante. Un paisaje africano luminoso  pero al mismo tiempo melancólico. Palmer luego me comenta que ese paquidermo solitario en la sabana, ha dado mucho que hablar ya que algunos han querido ver en el animal separado de la manada, la zozobra en que dejó sumido al pintor la muerte por fusilamiento de su hermano gemelo Tony.

De eso no hablamos directamente pero a Patricio le complace que copie un párrafo mecanografiado y enmarcado con la firma Tony de la Guardia Font. ”Aquel que ha conocido el peligro innumerables veces, vuelve a buscarlo de nuevo bien por el insaciable placer de desafiarlo o bien por la invencible influencia de la muerte”.

Patricio de la Guardia desdeña las redes sociales. Dice no usar ordenador (aunque con un alto oficial de las Tropas Especiales, nunca se sabe). Lo cierto es que para dar con él y adquirir alguna creación suya, lo mejor es acercarse a su casa, disfrutar la exposición y escoger. En Estados Unidos, varias galerías dedicadas a organizar subastas, incluyen su producción, en especial los paisajes.

Nos invita a ese delicioso café cubano. Yo me lo pido sin azúcar. Lo degustamos en la terraza, junto a la pequeña piscina azulejada. Sale a saludarnos su sobrina, hija de Tony. Reconozco en ella la belleza de su madre Marta Torroella  Kourí, mi compañera de estudios, una de las personas más inteligentes que he conocido.

Antes de despedirnos, hago un nuevo descubrimiento entre los tesoros visibles de Patricio: tiene un inmenso rosario, como los que suelen vender en Santiago de Compostela y una virgen negra, en la que reconozco a la “Moreneta” catalana. “Pertenecía a mi abuela”, dice Patricio, mientras yo le cuento lo de la montaña sagrada de Montserrat, la búsqueda del Santo Grial y la peregrinación de Íñigo de Loyola. Patricio, con esas manías de oficial al mando de lo que digo, toma nota, así que termino de informante del MININT, yo que iba de periodista.

Apunto su teléfono, que luego compruebo que es uno de los que mejor funcionan en La Habana, donde las comunicaciones parecen experimentar fenómenos paranormales. Me ha regalado un CD con muestras de su galería. Desgraciadamente se exhiben desnudos así que no puedo mostrarlos.

3 comentarios:

  1. Me alegra infinitamente haberme encontrado con esta publicación. Mis respetos a Patricio y las gracias a Quevedo por su publicación.

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  2. Fidel Castro siempre fue un traidor de sus propios hombres, Antonio de la Guardia Font, Vive en el recuerdo,
    Aquel queja conocido el peligro innumerables veces, vuelve a bucearlo de nuevo,
    bien por el insaciable placer de desafiarlo o bien por la invencible influencia de la muerde.

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  3. Aquel que ha conocido el peligro innumerables veces, vuelve a buscarlo de nuevo bien por el insaciable placer de desafiarlo o bien por la envencible influencia de la muerde. Antonio de la Guardia Font

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