La espléndida foto es de Thomas J. Abercrobie (1976). Se publicó en National Geographic. Nos habla por una mujer oculta, refugiada en un chador de seda. Ella tal vez regresa de un mercado. Y al parecer su única compra han sido dos mirlos, tan prisioneros como su dueña. Las mujeres afganas no se benefician de las guerras de rapiña. Son rehenes permanentes. Y eso a nadie le importa. |
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