He escrito una carta a los reyes magos de Oriente. Esos sabios que adoraron un niño humilde nacido en un establo. Se resume a un deseo: quiero que lo que queda de ETA entregue las armas. Que pidan perdón a todos/as los que sufrieron las consecuencias de su lucha armada. Y que también se concedan la oportunidad de ser libres. Que se honre a los/as caídos en una guerra cruenta y estéril. Que estalle de una vez la paz digna que nos merecemos.
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