He leído que durante la fiesta mejor del mundo, Sanfermines claro, se pueden haber producido ataques de índole sexual (agresiones o intentos de violación) perpetrados contra, de momento, dos denunciantes. Pero opino, y es una puñetera opinión, que una cosa es el desmadre orgiástico que se monta en determinados momentos como el txupinazo y conciertos moviditos, y otra es un intento de violación. Las mujeres hace mucho tiempo, y se lo han ganado a pulso, son dueñas de hacer con su cuerpo serrano lo que les de la gana. Si a una mujer medio borracha, sobria o medio sobria, le pide el alma y el cuerpo mostrar sus santísimas tetas, pues benditas sean. Y si de esa manera se expone al magreo generalizado, multitudinario y erótico del personal masculino, a lo que si les parece llamemos "tocamientos deshonestos", repito si lo hace voluntariamente, con el conocimiento informado de una adulta, pues al menos yo, no tengo nada que objetar. Eso sí, en semejante situación que nadie espere un comportamiento respetuoso, civilizado de una manada de machos en celo, ya que el macho humano no conoce épocas de reposo, y la ingesta de alcohol los pone muy salidos. Hay que decir que la mayoría de las fotos que inundan la red muestran mujeres sonrientes, firmes sobre los hombros de un mozo, bañadas en vino y rodeadas de manos ansiosas de eso, de tocar teta como se toca el santo en Compostela. La verdad es que no deberíamos confundir las cosas. Y que a nadie se le ocurra salir con el odioso "van provocando", respecto a las mujeres en top less. Somos bastante hipócritas. Nuestras sociedades están plagadas de machismo. Claro que hay que plantar cara a la agresión machista. Pero hacerlo frente a todas, hasta a las de guante blanco. Y si hay mujeres, y claro que existen, que quieren disfrutar de una bacanal pues cosa de ellas, si lo eligen.
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