Leo la noticia y experimento un intenso sentimiento de compasión. En el más estricto sentido de compartir la situación de una mujer salvadoreña llamada Beatriz:
"Beatriz tiene 22 años y está encinta de 20 semanas. Si sigue adelante con el embarazo puede morir. El lupus eritematoso discoide y la insuficiencia renal grave que padece ponen en serio riesgo su vida, según han diagnosticado los médicos que la atienden. Además, el hijo que espera tiene anencefalia —carece de parte del cerebro— y su supervivencia tras el parto es prácticamente nula. Pero Beatriz vive en El Salvador, un país donde el aborto está totalmente prohibido en cualquier circunstancia. Las mujeres que se lo practiquen se enfrentan a penas de hasta 50 años de cárcel, y los médicos que lo realicen hasta 12".
Se me ocurre enviar mensajes de protesta a las embajadas de El Salvador. Hacerlo ya. O tal vez podamos hacer una colecta para que pueda viajar a Cuba, donde estoy segura que la atenderían con todo lo necesario. Beatriz se encuentra afectada por una dolencia incurable. Pero merece un trato digno en su dolor.
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