Bueno, todo iba bien, razonablemente bien en una sala de prensa cuando se va a hablar de terrorismo etarra. El ministro de Interior español daba cuenta de la detención en Francia de 6 etarras pertrechados con ingentes cantidades de armamento. Como no puede ser de otra manera, todo lo que tenga que ver con ETA nos interesa mucho a los ciudadanos/as. Que esperamos ansiosos el verdadero final, es decir cuando de una vez se desarmen. Y cuando pidan perdón. Y demuestren genuino arrepentimiento y respeto por todas y cada una de las víctimas. Cuando tengan el valor de honrar a Yoyes, que supo decirles basta y le costó la vida a manos de quienes habían sido sus compañeros. Pues como decía al principio, el asunto iba del nuevo golpe a la logística de ETA. Pero ya se sabe como son los puñeteros periodistas: no se centran en lo fundamental. Y asaltaron (es un decir) al titular de Interior con temas peregrinos: la señora infanta, que (que descanso para the royal family) no será imputada. Y entonces salió uno/a muy lanzado /a al que se le ocurrió aludir a los posibles cambios en los supuestos para la práctica terapéutica de la interrupción del embarazo (ley del aborto). Y aquí resulta que el ministro perpetró su gran patinazo. Fue algo muy freudiano. "El aborto tiene algo que ver con ETA", dijo. Bueno ya iba muy perdido pero entonces el buen hombre apostilló "pero no demasiado". Y allí se hundió en la más negra miseria mental. Yo que don Fernández me lo hacía mirar con un psicólogo argentino. O se lo comentaba al confesor, por si acaso. Mientras tanto, lo pienso y me entra una enorme furia. ¿Será que para el ilustre ministro las mujeres somos de facto culpables de terrorismo? ¿Es que nuestro cuerpo resulta la encarnación del mal? ¿Es ETA una mujer?. Que Dios perdone al ministro que tanto nos ofende a algunas. |
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martes, 7 de mayo de 2013
Jorge González, ETA y la ley del aborto
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