Message from General David H. Petraeus (US Army Retired)
Statement to Employees from General David H. Petraeus (US Army Retired)
November 9, 2012 (Texto tomado del sitio oficial de la CIA)
Yesterday afternoon, I went to the White House and asked the President to be allowed, for personal reasons, to resign from my position as D/CIA. After being married for over 37 years, I showed extremely poor judgment by engaging in an extramarital affair. Such behavior is unacceptable, both as a husband and as the leader of an organization such as ours. This afternoon, the President graciously accepted my resignation.
As I depart Langley, I want you to know that it has been the greatest of privileges to have served with you, the officers of our Nation’s Silent Service, a work force that is truly exceptional in every regard. Indeed, you did extraordinary work on a host of critical missions during my time as director, and I am deeply grateful to you for that.
Teddy Roosevelt once observed that life’s greatest gift is the opportunity to work hard at work worth doing. I will always treasure my opportunity to have done that with you and I will always regret the circumstances that brought that work with you to an end.
Thank you for your extraordinary service to our country, and best wishes for continued success in the important endeavors that lie ahead for our country and our Agency.
With admiration and appreciation,
David H. Petraeus
El asunto Petraeus tiene miga y enjundia. A un super ex oficial, director de la famosa (la tristemente Agency a la que tantos goles le han colado) CIA (tremenda porquería) lo pillan por unos e-mails indiscretos, que, como no podía ser de otra manera, intercepta el FBI. Tachan, primer gran mal rollito: los federales y su envidia verdosa de la Agencia de Langley. Al parecer hay dos féminas que compiten por los favores del super soldado. Una de ellas archivera mayor y empingorotada biógrafa del supersoldado (Paula Broadwell, presunta amante). La otra, no se sabe, no figura. Buen comienzo del culebrón.
Resulta que a un tipo tan duro, que según se dice salvó la papeleta a su país en Irak (hay que ver de qué puñetera manera) y metió mano en Afganistán (donde el número de difuntos es ya muy elevado), ese paradigma de patriota aguerrido, sucumbió en cambio a los bajos ardores de la carne. Y eso después de haber jurado su cargo sobre la Biblia que sostenía su rolliza esposa. Manda eggs, vamos.
Lo peor del asunto es que algo tan privado y como que de cintura para abajo, cobre tamaña categoría política. ¿Lo han chantajeado?. Tal vez.
El episodio es digno de la serie de comics con el "American Dad" que es un espía destacado en Langley y su muy disfuncional family. Pues eso: vengan muchas guerras de rapiña, niños muertos, mujeres sometidas a los talibanes (que se reproducen como hongos los muy asesinos) y lo que importa es el honor dudoso de un soldado. Mucha hipocresía y cara dura.
Más inteligencia y menos mojigatería en la CIA.
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