Aquí es que vamos definitivamente como putas por rastrojo.
Y de cierta manera tenemos lo que nos merecemos. Eso sí: va a ser muy difícil que lo que se perpetre en Alcorcón, o donde a la bendita multinacional le parezca, compita con lo que ya existe en "Vegas", como dicen en USA. Nada más feo y hasta pelín siniestro.
Uno se pregunta cómo vamos a ponerle el toque "tipical spanish" al asunto. Tal vez a base de brindar nuestra excelente gastronomía, evitando, a ser posible, la cutrez alimentaria de quienes nos vienen a salvar de la inopia. Nuestros queridos colonizadores. Otras ideas, y que conste que son grátis, se pueden explotar los iconos patrios. Es decir: matadores valientes y cupletistas, flamenconas y aristócratas de rompe y rasga, Belén Esteban al frente del bingo. El reino del jipio, la pasión y el desgarro. Un hotelazo que reproduzca el cortijo de la duquesa Doña Cayetana. Otro que imite El Escorial y la Cruz de los Caídos. Y la apertura, ah la apertura, me la puedo imaginar con la alegre participación de quienes yo espero y no nombro por autocensura. La gran guinda de la tarta. En ese momento Madrid será ya un emporio de bonanza. Los jóvenes empleados, multilingües y pluri sinvergüenzas. Los matones vigilantes, fornidos y abyectos. Cámaras de vigilancia por todas partes. Los camellos nacionales forrándose a sus anchas. Y hasta los psiquiatras haciendo su agosto con los ludópatas desesparados. Así tendremos la primera comunidad autónoma verdaderamente independiente.
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