Ruth y José in memoriam. |
Hace ahora 11 meses desaparecieron dos niños llamados Ruth y José Bretón. Su madre, casada con el padre de las criaturas, denunció al hombre por presuntos maltratos psíquicos. La mujer, corajuda y valiente, deseaba separarse de su torturador.
Pero entonces ocurrió algo inesperado: los niños salieron con el padre para no regresar nunca. Y allí comenzó el calvario de la mujer y las búsquedas incansables de la policía. El juez que llevaba (que lleva el caso), con muy buen juicio y templada actuación, dictó prisión preventiva para José Bretón. Un hombre frío que según Serafín Castro, el policía que dirige las diligencias, junto con un amplio equipo multidisciplinar, a veces parece tomarse las cosas hasta con cierto humor. Frío, calculador y sarcástico.
La policía practicó un minucioso registro y búsqueda en la ya tristemente célebre finca de la familia Bretón "Las Quemadillas". Allí encontraron restos de una hogera en la que aparecieron pequeños huesos medio calcinados. El primer análisis antropológico forense, descartó que pertenecieran a los pequeños. Podían ser restos animales. Pero otros exámenes practicados por el antropólogo vasco Dr. Echeverría, de la Universidad del País Vasco, que se brindó a ayudar a la desesperada mujer, han arrojado un resultado muy diferente: resulta que los huesos son humanos y de los niños. Coincide su tamaño y estructura con la edad de los pequeños. Las piezas dentarias son humanas. Posiblemente de la niña.
El Ministro de Interior español enseguida compareció para asegurar que se harían todas las investigaciones científicas pertinentes. Quizás se pueda extraer ADN de las piezas dentales y dar jaque mate al asunto.
Los investigadores españoles, los laboratorios de la Policía Científica, no tienen nada que envidiar a otros de países que presumen de alta tecnología. Pero a veces ocurren errores científicos. Con material óseo sometido a altas temperaturas cabe un dictámen erróneo.
Si he dedicado mi post a tan doloroso asunto es para animar a las mujeres (donde quiere que estén) sometidas a cualquier forma de maltrato a que denuncien o en su defecto que se alejen de su maltratador, aunque reconozco que según que países eso puede costarles hasta la vida.
La madre de Ruth y José es una Madre Coraje. .
Del sujeto, presundo criminal de sus pequeños hijos, prefiero no hablar. Para eso tenemos la justicia.
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