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lunes, 23 de abril de 2012

Donde falla la psiquiatría

Noruega es de esos afortunados países donde nunca pasa nada demasiado escandaloso. Sus gobernantes mantienen una discreción sabía. Impera un equilibrado estado de derecho. Eso era así hasta el 22/07/11 cuando un sujeto llamado Anders Breivik, asesinó un total de 77 personas.
Ahora se le juzga ante las cámaras de las televisiones de todo el mundo. Y en presencia de los familiares de las víctimas. Tal transparencia ha dado mucho que pensar ya que el sujeto ha hecho gala y apología de su ideario, incluso con gestos de saludo fascista.
Desconozco si algún docto psiquiatra se atreverá a diagnosticar una grave patología del sistema nervioso central en Breivik. Los psiquiatras son los médicos que menos recursos tienen para un diagnóstico acertado. Han de agarrarse a los síntomas externos, a la conducta del paciente. Y aún así pueden llegar a conclusiones disímiles.
Los médicos deberían acostumbrarse a admitir tal incapacidad. Si a Breivivik le practican un TAC no se encontrará un tumor ni otra anomalía orgánica. Sin embargo se sabe que estuvo largo tiempo preparando sus atentados, que consultó los procedimientos de comandos de asalto, que dejó buena nota de su ideario en Facebook. Que es frío. Impersonal. Taimado. Ególatra.
El mal existe y negarlo o buscarle una explicación racional es difícil a no ser que uno quiera invocar a Satanás. La verdad es que con Anders Breivik tenemos bastante.

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