Tal como están las cosas, la noticia casi no lo es. Al menos no cuenta tanto en el imaginario popular como la reciente separación de un cantante muy querido, u otra joya patria que descubre el major trasero (femenino) de España. Pues no.
Se trata de Cuba, y por excepción, miren ustedes que novedad, no da cuenta de huelgas de hambre, vergonzosamente descritas, ni de presuntos abusos policiales.
La cosa tiene que ver con una modesta reunión de estudiosos de la obra de Ernest Hemingway, con sede en La Habana (Cuba) que para aquellos que no lo sepan hizo de éste país su segunda patria y amó a sus gentes humildes con las que compartió menudas borracheras de buen vino francés, porque Papa Hemingway era generoso y muy amigo de empinar el codo.
Por los puñeteros tejemanejes del Departamento de Estado, que dirige esa lumbrera que es Hillary R. Clinton, (que dudo mucho que aprobara un exámen sobre sociología e historia de América Latina), unos 14 estadounidenses se quedaron fuera de participar en el evento. Tal parece que se están inspirando en lo que tanto critican del gobierno cubano. Supongamos que Fidel y/o Raúl encarnan algo así como el "lado oscuro de la fuerza". Pero qué culpa tienen esos profesores interesados en literatura de tal circunstancia cósmica. Es sencillamente ridículo. Dan ganas de indignarse y de pedir que suelten de una vez a los cinco espías (perdón héroes), vamos.
Como dije al principio, el asunto es menor. Casi deleznable. Pero da una idea de la estupidez y mala baba, de ese doble lenguaje hipócrita del que son maestros en algunas instancias de Estados Unidos, un país que por contraste cuenta con la mayor concentración de investigadores científicos del planeta.
En ínfima venganza diré que la página de la White House es, con notable diferencia, más pesada que Granma Internacional, lo cual ya es algo. Especialmente las fotos conmovedoras y cursis: el señor Obama tieso y acartonado, como una estatua parlante, el señor Obama haciéndole carantoñas a un bebé, el señor Obama ingiriendo comida basura, con camisa blanca arremangada y corbata, hortera total.
Hemingway siempre estará en Cuba. Un pequeña isla a la que amó y donde fue querido. La Fundación "Finca Vigía", integrada por estadounidenses y la participación de la administración de bienes culturales de Cuba se ocuparán de ello.
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